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Linde comenzó sus estudios musicales en Guatemala a la edad de trece años; a los 16 presentó su primer concierto como solista auspiciado por la Embajada de Alemania en Guatemala, de la cual recibió muy buenas crí­ticas. A los 17 años realizó su primera gira por Centramérica y México, gira que le abrirí­a las puertas al mundo.

Ante más de cuatro mil artistas provenientes de 51 paí­ses, ganó el primer lugar en «The World Campionships of Performing Arts», concurso realizado en Hollywood, Los íngeles, además del titulo «Instrumentista Gran Campeón del Mundo 2006».

En el 2009, Linde regresa a Guatemala a dar una serie de conciertos en el que incluye su serie escolar, dando a conocer la guitarra en su máxima expresión y colaborando con el crecimiento cultural de la juventud guatemalteca. Todos los fondos recaudados en cada concierto servirán para sufragar los gastos de matricula y su estadí­a en Puerto Rico.

– ¿Qué tipo de música te gusta?

– Tengo cierta predilección por la música contemporánea en forma dodecafónica, la música latinoamericana y el tango, son sin duda de mis favoritos, pero siempre me gusta escuchar todo tipo de música.

– ¿Cómo es tu música?

– En esta temporada de conciertos, la mayorí­a de la música que interpreto no es de mi autorí­a, pero las siento y padezco como si fuesen propias. Cada obra tiene alma propia, color y sonido distinto; estoy seguro de que el público se identificará con cada una de ellas, ya que son auditivamente digeribles.

– ¿Qué instrumentos podés tocar?

-Mi instrumento principal es la guitarra; el secundario es la voz, pero también puedo tocar flauta de pico, piano y marimba.

– ¿Qué sentí­s al tocar?

– Las piezas lentas y melancólicas me hacen tocar fondo, mientras que las de carácter virtuoso me aceleran el pulso y me hacen sentir vivo.

– ¿Cómo empezaste tu vida de artista?

– Comencé a tocar a los trece años. El primero que me enseñó a como poner los dedos fue mi padre; poco a poco me fui enamorando del instrumento; cada dí­a tocaba más horas y se volvió mi «refugio», mis tristezas y alegrí­as las lloraba sobre la guitarra. A los 16 años, tuve mi debut nacional e internacional y al tocar la primer nota de ese concierto la vida me cambio, descubrí­ un nuevo mundo y me juré seguir tocando hasta más no poder.

– ¿Qué te impulsó en la música?

– Desde pequeñito me ha gustado. Al principio siempre es difí­cil decidir qué es lo que uno quiere ser de grande, y más aún cuando la gente me comenzaba a decir que de músico me iba a morir de hambre; cuando tomé la decisión, me aferré a eso, y si muero de hambre por lo menos moriré feliz.

– ¿Quiénes son tus influencias musicales?

– Creo que tengo cierta afinidad por algunos compositores como Leo Brouwer, Nikita Koshkin, Ernesto Cordero, Roland Dyens y Alberto Ginastera, pero en mi carrera como artista: Leonardo Egurbida, Angelica Rosa, Alberto Rodriguez, Maxim Mrvica, Kaori Fuji, Sergio Assad y Astor Piazzolla, sin duda alguna son parte fundamental de mi carrera.

– ¿Qué retos tenés para el futuro?

– Tengo en vista unas competencias internacionales, completar mis estudios musicales avanzados, y espero lanzar mi primer material con música de compositores nacionales con la disquera de música clásica NAXOS.

– ¿Qué conciertos hay planeados?

– Bueno. La gira ha sido un éxito y concluye en Guatemala, para luego regresar a Puerto Rico y abrir una nueva temporada a nivel isla mientras estudio, pero para julio y agosto tengo programado un concierto homenaje a doña Irina Darlee, quien fue una de las primeras personas que me dio su apoyo y otro en el Festival del Centro Histórico el 15 de agosto. También estoy dando una serie de conciertos didácticos para impulsar la música clásica a nivel escolar.

– ¿Creés que existe apoyo en Guatemala para los artistas?

– El apoyo al artista no ha sido de primera categorí­a; en el paí­s existen grandes talentos que por la falta de fondos no logran cumplir sus sueños, pero que sin duda alguna han puesto el nombre de Guatemala en alto.

– ¿Qué necesitas para seguir tu carrera como músico?

– Actualmente estudio en el conservatorio de música de Puerto Rico y el costo asciende los $15 mil dólares, entre gastos de matricula, materiales, vivienda y comida. En los conciertos se ha ido recaudando, pero aún falta un aproximado de 7 mil dólares; es difí­cil conseguir patrocinadores en la música, pero no dudo que alguien que sepa apreciar el producto quiera invertir en él.