Durante la audiencia, abierta a la prensa, entre el juez M.L.Tahaliyani del tribunal especial de Bombay, capital económica de India, y Mohammad Ajmal Amir Iman, alias «Kasab», el magistrado le preguntó: «Â¿Quiere sufrir el castigo de los hombres o el de Dios?
«Adelante, ¡ahórquenme!», contestó el acusado paquistaní de 21 años.
El único superviviente del comando de diez hombres que atacó la ciudad de 18 millones de habitantes entre el 26 y el 29 de noviembre de 2008 dio un golpe de efecto el lunes al decidir declararse culpable y confesar.
Juzgado desde mediados de abril, el joven se había declarado inocente a comienzos de mayo y rechazado de plano los 86 cargos que pesan sobre él, entre ellos el de «actos de guerra» contra India.
Para sorpresa del juez, del fiscal y de su propio abogado, el joven contó cómo se habían desarrollado los ataques contra los hoteles de lujo, la estación de ferrocarril central, una turística cafetería y restaurante y un centro judío, causando 174 muertos, entre los que se encontraban sus nueve cómplices y 26 extranjeros.
El 26 de noviembre por la noche, Iman y su cómplice Abu Ismail fueron filmados con cámaras y vistos por un centenar de testigos cuando disparaban y lanzaban granadas en la estación de trenes Bombay, donde murieron 52 personas y otras 109 resultaron heridas.
Armado con un fusil AK-47, el dúo continuó con su operación sangrienta abriendo fuego a discreción sobre los transeúntes y oficiales de policía; acabó con la vida, entre otros, del jefe del escuadrón antiterrorista local.
«Kasab» podría ser condenado a la pena de muerte en India.