DULCE ESCASEZ


En el hogar de los Mirandilla las cosas iban de mal en peor; primero, el esposo fue injustamente despedido de su empleo, y luego, la esposa cayó en cama ví­ctima de una grave dolencia.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

La comida fue escaseando lentamente, y algunos enseres tuvieron que ser vendidos o llevados urgentemente a una casa de empeños; sin embargo, los cónyuges jamás perdieron su buen ánimo.

En cierta ocasión, sentados ante una mesa vací­a, los dos resumieron su mutua fortaleza y esperanza en las siguientes palabras:

«Â¡Que todo falte en este hogar, menos una oración a Dios y la riqueza de nuestro amor!»

Luego, se besaron con la ilusión de dos colegiales y la paz y el cariño de dos ancianos.

EL VERDADERO AMOR, EN LA ADVERSIDAD SE FORTALECE.