Las fuerzas implicadas



Los combates en Somalia oponen a los rebeldes de los tribunales islámicos, que hoy abandonaron varias de sus posiciones en el centro y el sur del paí­s, con las tropas del gobierno de transición, que si bien es frágil cuenta con el apoyo del poderoso ejército etí­ope.

FUERZAS DEL GOBIERNO DE TRANSICIí“N: El gobierno de transición, con sede en Baidoa (centro sur) dice contar actualmente con 6 milhombres adiestrados por oficiales etí­opes.

Por otra parte, las fuerzas gubernamentales pueden contar con el apoyo de las milicias de Puntland, que bloquean la expansión hacia el norte de las tropas de los tribunales islámicos.

En un paí­s en guerra civil desde hace 15 años, la región autoproclamada de Puntland (noreste) fue fundada en 1998 por Abdulahi Yusuf Ahmed, que se convirtió en presidente y jefe de las instituciones de transición somalí­es.

EJí‰RCITO ETíOPE: Etiopí­a, que participa en los combates junto al gobierno somalí­, posee uno de los ejércitos más aguerridos de ífrica y dispone sobre todo de una aviación poderosa.

Media docena de cazas rusos Sujoi-27, una docena de Mig 23 de ataque en tierra y 25 viejos Mig 21, permiten a Adí­s Abeba el control del aire contra las fuerzas de los islamistas.

La aviación etí­ope comenzó a bombardear desde el domingo varias posiciones de las fuerzas de los tribunales islámicos.

Según un informe de expertos de la ONU que data de noviembre, Etiopí­a, aliada de Estados Unidos en la región, tení­a por lo menos a 8 milhombres en Somalia. Este número ha aumentado en los últimos dí­as y los habitantes de las regiones fronterizas han visto pasar regularmente convoyes militares etí­opes.

Además de su aviación y de su infanterí­a, el gobierno etí­ope también envió blindados y artillerí­a a Somalia.

TRIBUNALES ISLíMICOS: La cantidad de efectivos de los tribunales islámicos, acusados por Estados Unidos de estar vinculados a la organización terrorista Al Qaida, es difí­cil de calcular, pero cuentan al menos con varios miles de hombres.

Muchos combatientes funcionan como «jornaleros de guerra»: en general poseen su armamento personal, a menudo un fusil de asalto, e incluso lanzacohetes antitanque. Se movilizan y se desmovilizan según las posibilidades financieras de sus «empleadores».

Su armamento pesado está constituido por varios cientos de vehí­culos blindados, camiones o vehí­culos todo terreno sobre los cuales se han montado baterí­as antiaéreas, piezas de artillerí­a o ametralladoras pesadas.

Llamados «technicals», estos vehí­culos permiten a los islamistas efectuar una guerra en movimiento. Pero son vulnerables a los ataques aéreos.

Al parecer, los islamistas han compensado esta falla obteniendo misiles tierra-aire, según el informe de un grupo de expertos de la ONU difundido en noviembre.

Este grupo de la ONU señaló asimismo que Eritrea, principal rival de Etiopí­a en la región, envió por su lado a 2 mil combatientes junto a las fuerzas de los tribunales.