Temen convertirse en una segunda Bagdad



Los habitantes de Mogadiscio siguen con mucha inquietud el avance del ejército etí­ope hacia la capital, martirizada ya por 15 años de guerra civil, y temen que la ciudad se convierta en una segunda Bagdad si las fuerzas extranjeras penetran en ella.

«Tengo miedo que nuestra ciudad se convierta en otra Bagdad si fuerzas extranjeras toman Mogadiscio», afirma el ex oficial Yonis Gure.

«Habrá combates urbanos y habrá aún más personas muertas si las fuerzas gubernamentales y los etí­opes toman Mogadiscio», controlada desde junio por las fuerzas de los tribunales islámicos, manifiesta temeroso este ex militar.

Al igual que muchos habitantes, Gure se declara conmocionado por el bombardeo del aeropuerto de Mogadiscio el lunes por parte de la aviación etí­ope, así­ como por la perspectiva de nuevos combates después de seis meses de paz bajo la égida de la administración islamista.

Liberada por los islamistas del control de los caudillos que reinaban implacablemente en la ciudad desde que comenzó la guerra civil en 1991, la mayorí­a de los habitantes vio con satisfacción la desaparición de los múltiples retenes de milicianos y apreció un retorno a la normalidad.

Desde el comienzo de los combates, hace una semana, los estudiantes están de vacaciones para que puedan unirse a las fuerzas de los tribunales islámicos. Los dirigentes islamistas lanzaron campañas de reclutamiento para la «yihad» (guerra santa) contra Etiopí­a.

La guerra es el tema obligado de todas las conversaciones, donde planea el temor de los bombardeos aéreos etí­opes.

«Me pareció estar en otro lugar y no en Somalia cuando ví­ un avión militar etí­ope sobrevolar Mogadiscio», relata Dahir Guled Farah, comerciante del mercado Bakara. «No tenemos nada para protegernos y Etiopí­a utiliza las fuerzas más poderosas contra nosotros», se lamentó.

Algunos buscan refugios seguros dentro de la ciudad o inspeccionan edificios que consideran bastante sólidos para resistir las bombas.

Otros permanecen encerrados en sus casas, como Abdulahi Farah Basher, que decidió cerrar su comercio.

«Decidí­ quedarmen en casa con mi mujer y mis hijos, porque no sé lo que nos espera. Los aviones etí­opes ya bombardearon el aeropuerto ayer, pero pienso que mañana bombardearán las casas», dijo.

«Esos tribunales (islámicos) declararon la guerra a un gobierno poderoso y no pueden ganar», critica Abdulahi. «Â¿Quién va a defender esta ciudad contra los aviones? Nadie», señala.

Otros temen ver el regreso de los caudillos apoyados por el ejército etí­ope. «Creo que los caudillos vuelven (…) Tienen el apoyo de los etí­opes. Que Alá nos salve de los peligros», implora Haji Duale Nur, un anciano que considera que nadie puede alegrarse de tal hipótesis.

«Los caudillos están furiosos con la gente de Mogadiscio. Si vuelven, se vengarán. Es terrible», declara este anciano, harto tras 15 años de guerra y desgracias.