Tailandia conmemoró discretamente el martes el segundo aniversario del tsunami que arrasó parte de su costa occidental, con un balance oficial de 5.400 muertos, la mitad de ellos turistas extranjeros.
Otros países afectados también conmemoraron la catástrofe ocurrida el 26 de diciembre de 2004, como Sri Lanka, donde se declaró el «día de la seguridad nacional», o India, donde varios miles de personas se reunieron en los archipiélagos de las Andaman y de las Nicomar con motivo de este segundo aniversario.
En Tailandia, la célebre playa de Patong, en Pukhet, acogió una ceremonia religiosa y otra tuvo lugar en el pueblo de pescadores de Ban Nam Khem, convertido en el símbolo de la catástrofe.
«Perdí a mi padre y a su mujer, y a mi hermano, hace dos años», comenta Linda Sander, una sueca de 22 años, de las pocas personas extranjeras presentes en la ceremonia de Ban Nam Khem que reunió a religiosos budistas, cristianos y musulmanes.
Desde el amanecer, supervivientes del tsunami y allegados se colocaron ante el mar, lanzando flores, sin poder contener las lágrimas.
«Mi amiga y su familia estaban en Khao Lak cuando llegó el tsunami», cuenta Margit Vondaak, una alemana de 42 años. «Ella sobrevivió pero su hija y su marido murieron. Ella nunca ha vuelto. Es todavía demasiado pronto».
La reconstrucción ha sido relativamente rápida en el sur de Tailandia, donde los turistas volvieron en gran número este año.
Sin embargo, mientras que en Pukhet las huellas del tsunami han desaparecido por completo, en Khao Lak algunos hoteles están todavía en ruinas.
Dos años después de la catástrofe, varios centenares de personas siguen siguen desaparecidas o no han sido identificadas.
Mientras, en Sri Lanka, el ministerio para emergencias, creado tras el tsunami, declaró la fecha «día nacional de la seguridad», para recordar cómo se deben afrontar las catástrofes.
Además, pidió que se guarde silencio cuando se cumpla el momento exacto en que las olas gigantes llegaron a la isla hace dos años.
El presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapakse, desvelará una estatua de Buda en la ciudad de Peraliya (sur), donde un millar de personas perecieron cuando su tren fue arrastrado por una pared de agua.
En Andaman y Nicobar, dos archipiélagos indios que reúnen más de 500 islas y donde hubo 3.500 personas muertas o desaparecidas tras el tsunami, varios miles de personas se reunieron para conmemorar este segundo aniversario. En total, el tsunami dejó en India más de 16.000 fallecidos.
«Desde esta mañana, rezamos y encendemos velas para honrar la memoria de nuestros seres queridos», indicó Martin Luther, miembro del Consejo tribal de Nicobar. En la capital del archipiélago, Port Blair, se guardaron dos minutos de silencio y se celebraron ceremonias religiosas ecuménicas.