Irán anunció el inicio en febrero de la primera etapa de producción de combustible nuclear para satisfacer sus necesidades industriales, manteniendo su posición desafiante frente al Consejo de Seguridad de la ONU, que le exigió suspender su enriquecimiento de uranio.
«Durante la década de Fajr (los primeros diez días de febrero, celebrando la victoria de la revolución islámica en 1979), comenzará la primera fase de producción del combustible nuclear para las necesidades industriales», declaró hoy el viceministro iraní de Relaciones Exteriores, Mehdi Mostafavi.
Irán asegura que sus actividades de enriquecimiento de uranio, iniciadas en el segundo trimestre de este año en Natanz (centro) a bajo nivel, tienen únicamente fines civiles para producir electricidad.
El canciller iraní, Manucher Mottaki, declaró el martes en una sesión del Parlamento a puertas cerradas que «Irán había preparado la entrada en funcionamiento de 3 mil centrifugadoras (…) y que dentro de poco esta noticia sería anunciada públicamente», aseguró el diputado conservador Ali Asgari, citado por las agencias Fars y Mehr.
Interrogado respecto a la fecha en que comenzarán a funcionar las nuevas centrifugadoras, Mohamed Saidi, vicepresidente de la Organización Iraní de la Energía Atómica (OIEA), declaró tras la sesión del Parlamento que «tendrá lugar según el programa anunciado por la Agencia Internacional de Energía Atómica».
No obstante, Irán «no necesita la autorización de la Agencia» para poner a funcionar las nuevas centrifugadoras, aclaró.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el sábado una nueva resolución que impone sanciones al programa nuclear y balístico de Irán tras su negativa a suspender el enriquecimiento de uranio antes del 31 de agosto pasado, como había pedido una resolución precedente.
En las últimas semanas, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, declaró varias veces que Irán iba a organizar en febrero «la gran fiesta de la nuclearización del país».
Ahmadinejad afirmó que su país quería aumentar su nivel de enriquecimiento de uranio a un nivel industrial para permitirle producir combustibles nucleares, mientras Washington sospecha que Teherán fabrica secretamente armas atómicas.
Por otra parte, Saidi agregó que el gobierno no tenía planes de «abandonar el Tratado de No Proliferación» nuclear (TNP).
El Parlamento iraní comenzó el martes a estudiar una ley que obliga al gobierno a «revisar su cooperación» con la AIEA después de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Algunos diputados reclamaron una redacción más dura de la ley, en particular para que Irán abandone el TNP y prohíba la presencia de inspectores de la AIEA en territorio nacional.
La legislación actual pide al gobierno «revisar» la cooperación entre Irán y la AIEA, pero le deja en la libertad para tomar una decisión.