Balance de muertos se convierte en nuevo escollo para Bush



El nuevo balance de muertos estadounidenses en Irak, que ya iguala el de las ví­ctimas de los atentados de septiembre de 2001, representa un nuevo escollo para el presidente George W. Bush, que anunciará en enero su nueva estrategia para una guerra muy impopular en Estados Unidos.

Con la muerte del soldado número 2 mil 973 en Irak desde la invasión a ese paí­s en marzo de 2003 se alcanzó un umbral dramáticamente simbólico. Y ese soldado murió en Irak.

«Los estadounidenses sabrán que el umbral (de 2 mil 973 muertos) se alcanzó. La prensa lo va a señalar y las personas harán la conexión» con la polí­tica de Bush en Irak, estimó Eric Davis, profesor de ciencias polí­ticas en Middlebury College, ubicado en Vermont (noreste).

El presidente, que cumple su último mandato y que dejó de tener la mayorí­a en el Congreso, ha perdido casi toda su credibilidad en Irak, apuntó Davis.

Según un sondeo realizado el 18 de diciembre por CNN, 70% de los estadounidenses desaprueba la polí­tica de Bush en Irak.

«Como en Afganistán y la guerra más general contra el terrorismo, la guerra en Irak es de larga duración. Puede ser perdida con una rapidez asombrosa. Pero no puede ser ganada más que con paciencia, perseverancia, con tiempo», afirmó Anthony Cordesman, experto en cuestiones militares.

Pero, indicó el experto, «la administración Bush no ha sido exitosa en transmitir ese mensaje a la opinión pública». El gobierno «también ha fallado en exponer claramente los problemas y los riesgos» de esta guerra, dijo Cordesman.

En un informe entregado a principios de mes al presidente Bush, el Grupo de Estudios para Irak, copresidido por el ex secretario de Estado James Baker, hombre de confianza de la familia del mandatario, y el ex congresista demócrata Lee Hamilton, pidió un cambio de estrategia en Irak.

El escrito esbozó un posible retiro de las tropas estadounidenses de Irak de acá al 2008 y un diálogo directo con Irán y Siria para incluirlos en los intentos estabilizadores de su vecino iraquí­.

Bush ya dejó en claro que no tiene la intención de entablar un diálogo con Damasco y Teherán y que, entre las opciones que estudia, no excluye aumentar el número de soldados desplegados en Irak, a pesar de la posible reprobación del pueblo estadounidense y de la nueva mayorí­a parlamentaria demócrata.

Actualmente hay en Irak 129 mil soldados estadounidenses. Según la prensa estadounidense, la administración Bush podrí­a enviar de 15 mil a 30 mil soldados adicionales a Irak por un periodo inferior a 8 meses.

«No voy a hacer predicciones sobre cómo será 2007 en Irak, excepto que requerirá de decisiones difí­ciles y sacrificios adicionales porque el enemigo es despiadado y violento», señaló Bush es una conferencia de prensa en Washington el 20 de diciembre.

En una entrevista con The Washington Post, Bush dijo por primera vez que Estados Unidos no está ganando la guerra en Irak.

Esas declaraciones de Bush fueron distintas durante la reciente campaña electoral para las elecciones legislativas de noviembre, cuando habí­a señalado: «definitivamente, estamos ganando» en Irak.