El Consejo de Seguridad de la ONU puede aprobar hoy un proyecto de resolución vinculante presentado por potencias europeas que impone sanciones a Irán por negarse a suspender el enriquecimiento de uranio.
«Hemos decidido reunirnos a votar» hoy a las 10:00 (hora de Guatemala) el nuevo proyecto de resolución copatrocinado por potencias europeas, dijo a los periodistas anoche el embajador de Francia ante la ONU, Jean-Marc de La Sabliere, luego de arduas consultas entre los 15 miembros del Consejo.
«Tomaremos una acción mañana (sábado) a las 11:00 de la mañana», confirmó por su parte el embajador de Qatar, Nasser Abdelaziz al-Nasser, quien preside del Consejo de Seguridad en diciembre. Agregó que la votación seguiría a consultas de último minuto entre los miembros.
Un diplomático occidental cercano a las conversaciones, quien habló bajo condición de anonimato, dijo que el último proyecto de resolución sería apoyado en forma abrumadora y posiblemente por unanimidad.
El embajador de China ante la ONU, Wang Guangya, dijo a los reporteros que planeaba consultar con su gobierno antes de la votación.
La votación tendrá lugar exactamente dos meses después de que Gran Bretaña, Francia y Alemania presentaron por primera vez un proyecto de resolución, luego de que Irán se negó a cumplir con el plazo del 31 de agosto para suspender sus programas para producir combustible nuclear.
El proyecto europeo ha sido enmendado varias veces, porque Rusia y China, que tienen estrechos lazos económicos y energéticos con Teherán, consideraban que era demasiado duro y probablemente indignaría a los iraníes, en tanto Washington buscaba endurecer el texto.
Rusia presionó para una postergación de un día en la votación, previamente planeada para el viernes, sobre el texto que sanciona a los iraníes por continuar el enriquecimiento de uranio.
Los cambios acordados el viernes al anochecer por las seis grandes potencias que tratan de contener las ambiciones nucleares de Irán -Alemania, Gran Bretaña, China, Francia, Alemania, Rusia y Estados Unidos- fueron puramente cosméticos, levantando dudas sobre por qué los rusos trataron de posponer la votación.
El diplomático occidental dijo que el presidente ruso Vladimir Putin insistió en ver el texto final antes de la votación de este sábado.
El proyecto de resolución establece una prohibición al comercio con Irán de bienes relacionados con sus programas nuclear y de misiles balísticos.
Un anexo de la resolución enumera a las personas y entidades involucradas en los programas de misiles y energía nuclear que son objeto de restricciones financieras.
Para vencer las objeciones rusas, el miércoles los patrocinantes suavizaron una propuesta de prohibir los viajes de 12 funcionarios directamente vinculados a los programas nuclear y de misiles balísticos, que están enumerados en el anexo.
El texto advierte que si Teherán se rehúsa a cumplir las demandas de detener sus actividades para fabricar combustible nuclear, el Consejo de Seguridad «adoptará medidas más apropiadas bajo el Artículo 41 del Capítulo Siete» de la Carta de la ONU, que establece sanciones no militares.
Las potencias occidentales desean imponer sanciones a Irán por su rechazo a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio, pues temen que ayuden a Teherán a desarrollar armas nucleares.
Irán dice que su programa nuclear es estrictamente pacífico y está destinado a generar electricidad para su creciente población.
Al mismo tiempo, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, ha manifestado reiteradamente su deseo de «borrar del mapa» a Israel y recientemente auguró la desaparición también de Estados Unidos y Gran Bretaña.
El jueves, Ahmadinejad declaró que nada impedirá que Irán siga adelante con su programa nuclear.
Unas 48 horas antes, el gobernante iraní dijo que su gobierno considerará cualquier resolución de la ONU como un «acto hostil».
«Los países europeos deberían saber que si insisten en impedir a Irán (avanzar en su programa nuclear), consideraremos tal comportamiento como un acto hostil y reaccionaremos en consecuencia», dijo.
Irán podría reducir su cooperación con la ONU, incluso retirarse del Tratado de No Proliferación nuclear, si el Consejo de Seguridad adopta hoy un proyecto de resolución sancionándole por su negativa a suspender el enriquecimiento de uranio.
«La política de cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) debe ver revisada según las medidas adoptadas por el Consejo de Seguridad», declaró el jefe de la comisión de Seguridad del parlamento iraní, Alaeddin Borujerdi.
El Consejo de Seguridad de la ONU puede aprobar este sábado un proyecto de resolución vinculante presentado por potencias europeas que impone sanciones a Irán por negarse a suspender el enriquecimiento de uranio.
Según la agencia Mehr, la advertencia lanzada por el diputado hace referencia a un proyecto de ley adoptado recientemente por la comisión de seguridad que bloquearía las inspecciones de la ONU a instalaciones nucleares iraníes si el Consejo impone sanciones a Teherán.
«Irán actuó en materia nuclear en el marco del Tratado de No Proliferación y no aceptará ninguna resolución», dijo Borujerdi.
«No sólo esta resolución no tendrá ningún efecto, sino que reforzará la determinación del Parlamento y del gobierno a desarrollar la tecnología nuclear», agregó la fuente.
Un diario conservador pidió el sábado que Irán se retire del TNP si la ONU le impone sanciones.
«Nuestros responsables deben aprovechar esta ocasión para castigar a Occidente y anunciar la retirada de Irán del TNP en caso de adopción de una resolución», escribe el sábado el diario Kayhan.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, reiteró el miércoles que la República Islámica seguirá adelante con sus planes nucleares pase lo que pase.
«Nos amenazan con sanciones. Pero tienen que saber que la energía nuclear es la voluntad de todo un pueblo y que él insiste en su derecho», dijo.
La votación de este sábado en la ONU tendrá lugar exactamente dos meses después de que Gran Bretaña, Francia y Alemania presentaron por primera vez un proyecto de resolución, luego de que Irán se negó a cumplir con el plazo del 31 de agosto para suspender sus programas para producir combustible nuclear.
El proyecto europeo ha sido enmendado varias veces, porque Rusia y China, que tienen estrechos lazos económicos y energéticos con Teherán, consideraban que era demasiado duro y probablemente indignaría a los iraníes, en tanto Washington buscaba endurecer el texto.