El presidente afgano, Hamid Karzai, candidato a la reelección, llamó hoy a «todos los afganos», incluidos a sus «hermanos talibanes» a votar en las elecciones presidenciales y provinciales del 20 de agosto en lugar de intentar impedirlas por la violencia.
«Llamo a todos los afganos (…) a participar en estas elecciones y así servir a su país», declaró el presidente afgano saliente durante una conferencia de prensa en el palacio presidencial.
Karzai se dirigió particularmente a sus «hermanos talibanes y a todos los afganos», estén fuera del país o en «la oposición», incluso «armada».
«Les pido también que ellos regresen a su tierra, lleven sus cédulas, se inscriban (en las listas electorales) y participen en las elecciones», agregó Karzai, favorito de estos comicios.
El presidente hacía referencia a los insurgentes basados en Pakistán, donde muchos talibanes (entre ellos su huidizo jefe, el molá Omar, según algunas fuentes) huyeron y establecieron su retaguardia luego del derrocamiento de su régimen a finales de 2001 por una coalición militar internacional liderada por Estados Unidos.
Karzai también mencionó el nombre del jefe de guerra y ex primer ministro Gulbuddin Hekmatyar, otro dirigente rebelde en fuga.
«Les pido una y otra vez que renuncien a la violencia, no solamente el día de las elecciones sino para siempre, que dejen de sacrificar al pueblo afgano, que den la mano a su nación y la ayude a reunir las condiciones favorables para las elecciones en este país», dijo.
«Podemos ir hacia más estabilidad, más paz y más desarrollo gracias a estas elecciones», subrayó Karzai.
Un portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahid, citado por la agencia afgana AIP, rechazó la propuesta presidencial: «No participaremos en las elecciones y llamamos a la población a no votar», afirmó.
Elegido en 2004 durante la primera elección presidencial por sufragio universal directo en la historia de Afganistán, Karzai es el favorito de los comicios, en un país devastado por decenios de guerra y sacudido por una sangrienta insurrección islamista liderada por los talibanes.
Las violencias se multiplicaron en los últimos dos años a pesar de la presencia de casi 90.000 soldados extranjeros, y alcanzaron récords absolutos en estas semanas, por lo que se temen ataques contra colegios electorales o campañas de intimidación para disuadir a los afganos de ir a votar, en particular en los bastiones rebeldes del sur.
Los insurgentes no dijeron expresamente que atacarían a los colegios electorales, pero exhortaron a la población a boicotear los comicios.
Dos de los casi 3.000 candidatos a las elecciones provinciales, previstas el mismo día que las presidenciales, ya fueron asesinados.
El presidente saliente instó a los candidatos a promover la unidad nacional. «Cuando se anuncie al vencedor (…) deberemos seguir juntos y sentarnos en la misma mesa», exhortó.
Karzai también advirtió contra cualquier «injerencia» extranjera, pero quiso tranquilizar a Estados Unidos y sus otros aliados internacionales.
«Cualquier futuro gobierno (…) continuará su cooperación con ellos (los aliados) en la lucha contra el terrorismo. En consecuencia, nadie debería tener razones para interferir en los asuntos afganos», agregó.
Estados Unidos y sus aliados desplegados en Afganistán enviaron decenas de miles de soldados de refuerzo para garantizar la seguridad de las elecciones, a las que financian en su totalidad junto con la ONU con 220 millones de dólares.
Los ministros de Relaciones Exteriores del G8, reunidos el sábado en Trieste (norte de Italia), respaldaron el llamamiento de Karzai.
«Este llamamiento debe ser alentado enérgicamente», declaró Franco Frattini, el canciller italiano. «Estamos a favor de una elección que se desarrolle en seguridad para garantizar un resultado legítimo para el pueblo afgano», añadió Frattini.