«Y me hice maestro que fue hacerme creador»
José Martí
Siempre digo que la docencia es una de las actividades más satisfactorias y estimulantes que ejerzo. El contacto con jóvenes inquietos, ansiosos por adquirir conocimientos mediante el estudio, lecturas de actualización, reflexión constante sobre los vastos conocimientos de la ciencia y el análisis de la realidad nacional e internacional alimentan mi cotidianidad. En las aulas universitarias comparto inquietudes, optimismos e ilusiones con quienes siguen atentos los temas abordados como parte del ejercicio formativo e informativo.
Hace varios años hago docencia universitaria facilitando cursos de Derechos Humanos e Introducción a los problemas de la sociedad guatemalteca. El ejercicio docente amplía el compromiso de continuar contribuyendo a la formación intelectual de nuevas generaciones, de juventud guatemalteca que pondrá sus conocimientos y energías al servicio del país y su población. Complace contribuir a la formación profesional de quienes pueden empujar cambios estructurales y crear condiciones para privilegiar la justicia, la paz y la igualdad.
En el aula desarrollamos debates sobre la realidad nacional, basados en autores como Severo Martínez Peláez, Marta Casaus Arzú, Edelberto Torres Rivas, Eduardo Galeano que facilitan comprender las condiciones socioeconómicas de la sociedad, enriquecen el conocimiento y el nivel cultural de la gente. Igual situación ocurre con las reflexiones que se desprenden del estudio de documentos como los informes de desarrollo humano, la Declaración Universal de Derechos Humanos, los instrumentos internacionales de esta misma materia, el informe de la Comisión para el esclarecimiento histórico o la Constitución Política de la República.
El entusiasmo por el ejercicio docente tiene una fuente, es la fuerza del ideal por construir una sociedad solidaria con justicia y equidad, un país que consiga el bienestar social, erradique el racismo, la discriminación, la desigualdad, la violencia intrafamiliar, la pobreza, el hambre, la desnutrición crónica infantil y la ignorancia.
La Universidad es uno de los pocos espacios en este país donde se puede hablar con libertad, donde el principio de libertad de cátedra tiene sustento real, donde se hace ciencia, se construye conocimiento y se estructura la construcción mental de conceptos y definiciones mediante el contraste de ideas y teorías. La profesión de educador significa sacrificio, entrega, estudio, dedicación, responsabilidad, creatividad, amor a la sabiduría y el conocimiento.
El 25 de junio, Día del Maestro, es la fecha que dignifica al magisterio y recuerda el sacrificio de María Chinchilla, maestra asesinada por los enemigos de la inteligencia. Saludo a mis colegas, quienes en los distintos niveles educativos del país transmiten la luz del conocimiento y hacen posible moldear a quienes son parte del futuro de la humanidad.
P.S. Hoy se celebra el Día Internacional de apoyo a las víctimas de la tortura, es una oportunidad para recordar a la humanidad que la torturan, los tratos crueles e inhumanos son crímenes de lesa humanidad, violaciones graves de los derechos humanos y abusos que deben ser eliminados. Es una práctica inhumana utilizada por gobiernos autoritarios, dictatoriales, fascistas, imperialistas y antidemocráticos, dirigida a doblegar la voluntad de opositores políticos, humillar a las personas y crear traumas que duran toda la vida.