El parlamento togolés decretó la abolición de la pena de muerte el martes por la noche en presencia del jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Según esta ley votada por unanimidad, las condenas a muerte pronunciadas por los tribunales competentes pero aún no ejecutadas serán «convertidas de pleno derecho en una pena de reclusión perpetua».
«Togo acaba de dar un gran paso. Es un acontecimiento histórico para este país, porque la pena de muerte es considerada hoy un castigo inhumano y degradante», declaró ante de los diputados Zapatero, que había sido invitado por el presidente togolés a asistir a la sesión.
La última ejecución en Togo se remonta a 1978.
Zapatero, que llegó a Lomé el martes por la tarde, procedente de Nigeria, se reunió con el presidente Faure Gnassingbé, y luego acudió con él al Parlamento.