El oficial alemán que ayudó durante la guerra al pianista judío polaco Wladyslaw Szpilman, historia que se hizo célebre gracias a la película de Roman Polanski, «El pianista», recibió ayer en Berlín a título póstumo la medalla de «Justo entre las Naciones».
El oficial de la Wehrmacht Wilhelm Hosenfeld, basado en Varsovia a partir de 1940, ayudó en 1944-45 al pianista Szpilman a sobrevivir, suministrándole un escondite y víveres. Detenido por los soviéticos al final de la Guerra, murió en prisión en 1952.
La medalla y el certificado de «Justo entre las Naciones» de Yad Vashem, el Memorial para la Shoah de Jerusalén, fueron entregados ayer a sus hijos durante una ceremonia en el Museo judío de Berlín, en presencia del hijo y los nietos del pianista.
«Wilhelm Hosenfeld se sintió profundamente perturbado» por los crímenes cometidos por los nazis, y se lo hizo saber a su mujer en varias cartas, denunciando «el genocidio de los judíos» cometido por «animales», declaró la representante de Yad Vashem, Gisela Kuck, ante una buena parte de los descendientes del oficial.
Muy emocionado, Detlev Hosenfeld, de 82 años, expresó «el profundo agradecimiento de su familia» por ese título de Justo otorgado a su padre, más de 60 años después de los hechos.
«Hoy es para mí una gran alegría», dijo por su parte Andrej Szpilman, el hijo del pianista, ya que «mi padre había escrito a Yad Vashem y había levantado un acta notarial poco antes de su muerte (en 2000) expresando su deseo de que Wilhelm Hosenfeld recibiera los honores» del Memorial de la Shoah.
La película «El pianista» recibió la Palma de Oro del Festival de Cannes en 2002 y numerosos premios en los Oscars.