Con un nuevo directorio y buscando cerrar las diferencias internas tras la derrota electoral de marzo ante el ahora presidente Mauricio Funes, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) busca oxigenarse para intentar recuperar el poder en El Salvador.
Bajo la conducción del ex presidente Alfredo Cristiani (1989-1994), Arena cerró en una asamblea general extraordinaria el domingo un traumático proceso de reacomodo iniciado tras la victoria de la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda), que con Funes puso fin a 20 años de gobiernos derechistas.
En su discurso central en la asamblea, realizada sin el despliegue mediático del pasado, Cristiani apeló a la unidad del partido para desarrollar una oposición vigilante ante el gobierno de Funes.
«Si vamos a ser un partido fuerte, tenemos que ser un partido unido. Nosotros no estamos en contra de nadie», exclamó Cristiani.
Arena afrontaba luchas intestinas desde marzo de 2008, cuando en unas cuestionadas elecciones internas fue elegido el ex director de la Policía Rodrigo Avila como candidato presidencial.
Avila dejó en el camino a otros aspirantes que tenían mejores opciones para enfrentar a Funes, como la ex vicepresidenta Ana Vilma Escobar y el ex canciller Francisco Laínez, ambos promovidos por el sector empresarial.
Ante la popularidad que gozaba Funes en todas las encuestas, Arena -desgastada por el largo ejercicio del poder- en un infructuoso intento por ganar las elecciones se alió a la Democracia Cristiana y al también derechista Partido de Conciliación Nacional.
Algunos fundadores de Arena culparon de la derrota electoral al ahora ex presidente Elías Antonio Saca, quien entregó el poder el 1 de junio a Funes, y le demandaron «pedir perdón». El ex mandatario se presentó el domingo a la asamblea partidaria, pero se abstuvo de hablar en público.
Debido a las divergencias internas, algunos importantes cuadros de Arena no participaron en la pasada campaña electoral y el voluntariado, que era una característica desde la fundación del partido en los años ochenta, desapareció de la militancia.
El nuevo directorio de Arena se propone recuperar el terreno perdido, pero con la desventaja que ahora la agrupación no dispone del Ejecutivo, una importante fuente de empleo que era atractiva para muchos militantes.
«Hay que recuperar mucha de la mística de aquellos tiempos (inicios de la agrupación), rescatar el voluntariado que teníamos los areneros en aquellos tiempos y unirnos más que nunca», declaró este lunes a la televisión local Ernesto Muyshondt, uno de los nuevos directores de la agrupación derechista, que busca fortalecerse de cara a los comicios de 2014.