La policía británica detuvo hoy a un segundo sospechoso del asesinato de cinco prostitutas en Ipswich, mientras el primero sigue arrestado, y registró varias casas en esta región del este de Inglaterra.
El segundo detenido es un hombre de 48 años que fue arrestado en su domicilio de Ipswich a las once de anoche (hora de Guatemala), indicó el comisario encargado de la investigación, Stewart Gull, durante unas breves declaraciones, en las que no reveló su identidad.
Gull precisó que está detenido como «sospechoso de haber matado a las cinco mujeres»: Tania Nicol, de 19 años, Gemma Adams, de 25, Anneli Alderton, de 24, Paula Clennell, de 24, y Annette Nicholls, de 29, cuyos cuerpos desnudos fueron encontrados entre el 2 y el 12 de diciembre cerca de Ipswich.
El primer sospechoso de estos asesinatos, un hombre de 37 años que conocía a todas las víctimas, fue detenido el lunes por la mañana en su domicilio, en el sureste de la ciudad, y permanece bajo arresto, explicó el comisario.
Identificado por los medios de comunicación como Tom Stephens, este empleado de un supermercado residía en el pueblo de Trimley Saint Martin, al sureste de Ipswich. El mismo afirmó en una entrevista que no tenía coartada y que su perfil corresponde con el fijado por la policía.
Según confió al Sunday Mirror, se sentía «solitario» y triste», y frecuentaba regularmente a prostitutas.
El segundo sospechoso se encuentra en detención provisional y será interrogado este martes, según Gull.
La policía acordonó el edificio de London Road en el que vivía, en una habitación, en un barrio frecuentado por drogadictos y prostitutas. Los investigadores se llevaron además un vehículo, un Ford Mondeo azul oscuro.
Según la prensa británica, la policía prosigue la búsqueda del autor de los hechos, partiendo de la existencia de seis sospechosos.
Los investigadores creen que existen menos del 50% de posibilidades de que Tom Stephens sea el criminal que buscan, informaron The Times y The Sun, citando fuentes policiales anónimas.
Según The Guardian, el asesino podría haber dado una fuerte dosis de valium a las víctimas antes de acabar con ellas, lo que explicaría que aparentemente no se hayan defendido.
Una de ellas fue estrangulada y otra murió por «compresión en el cuello», mientras que se ignoran las causas de la muerte de las otras tres.
Unos 500 investigadores y expertos participan en la investigación, una de las más importantes de la historia reciente en Gran Bretaña.