La Navidad ha comenzado pronto para Nelson Mandela, el héroe de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica que se convirtió en un estadista venerado y está recibiendo numerosos regalos de todos los rincones del mundo, incluidos tiernos corderillos.
Si bien a lo largo del año recibe muchos regalos, el ex presidente sudafricano es particularmente mimado en su cumpleaños, el 18 de julio, y en Navidad, señalan los empleados de la Fundación Mandela que se ocupan de hacer el inventario de los innumerables paquetes llegados durante las últimas semanas.
«El abanico de los regalos es realmente demasiado grande. Va desde las cabezas de ganado a los libros, los recuerdos, los frascos de mermelada hecha en casa, las botellas de wisky», señaló Verne Harris, un responsable de la Fundación.
Este año, Mandela ha recibido ya un sacacorchos de plata de la casa Tiffany, el célebre joyero de Nueva York, y la versión íntegra de la Biblia impresa en letras minúsculas y en una sola página, protegida con un marco extravagante.
«El año pasado, un criador de carneros Merino le regaló tres de sus mejores animales, que le encantaron», agregó.
Algunos remitentes son anónimos, pero también hay personalidades.
La reina Beatriz de Holanda le envió un chal en cachemira azul y el actor Robert de Niro una naturaleza muerta pintada por su padre, mientras que el futbolista David Beckham puso en el correo un libro con fotos… de él mismo, con la mención: «See you soon» (Hasta pronto).
Otras celebridades -los Kennedy, los Bush o los Clinton- figuran entre los remitentes, según Boniswa Qabaka-Nyeti, agregada de prensa de la Fundación.
El ex mandatario «está feliz con todo lo que recibe, pero los regalos más enternecedores, en mi opinión, son los que le envía la gente pensando que realmente puede necesitarlos: una almohadilla para su espalda, un bastón, peines, chocolates, fruta, y ¡mucho, pero mucho alcohol!», explica.
Algunos presentes son muy simples y tienen que ver con la promesa de Mandela de consagrar más tiempo a su pasatiempo favorito, la jardinería, por lo que una pareja de Michigan, en Estados Unidos, le envió un paquete con bolsitas de semillas de perejil, albahaca, coliflor y sandía.
Para el infatigable lector que es el ex presidente las opciones no faltan y van desde libros sobre la historia griega hasta trabajos sobre la religión o las relaciones afro-asiáticas, este último enviado por el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono.
Y para el infatigable militante de la lucha contra el sida: un oso de peluche adornado con el emblemático lazo rojo.
En el cofre de tesoros de Nelson Mandela también hay un par de gemelos para las mangas, en plata, en los que fue grabada la oración del Padre Nuestro, así como bastones grabados de oro, corbatas y toneladas de libros.
«Un afrikaner que purga una pena de 25 años de cárcel, en Johannesburgo, le envía cada año un regalo que fabrica él mismo», ya que Mandela es su héroe.»
«El año pasado fue un dorado busto hecho en papel maché de Madiba», nombre clánico tradicional del ex mandatario.
La responsable agrega que a Mandela, que creció en la provincia rural de Eastern Cape, donde la vacas, cabras y carneros son cuidadas en general por muy jóvenes pastores, le encanta que le regalen animales.
Mandela, que tiene casas en Johannesburgo, El Cabo, Qunu -su aldea natal- y Maputo, la capital de Mozambique, las adorna con algunos de los regalos.
Nelson Mandela, de 88 años, pasó 27 años en la cárcel por su papel de dirigente en la lucha contra el régimen racista del apartheid, antes de convertirse en el primer presidente negro de la Sudáfrica democrática (1994-99).