El trato dado en Venezuela al escritor Mario Vargas Llosa, a quien a su llegada a Caracas le fue retenido el pasaporte, generó indignación en Perú, donde el presidente Alan García advirtió que lo que atente contra la libertad de pensamiento y expresión es intolerancia.
«Es muy lamentable; todo lo que atente contra la libertad de pensamiento y expresión es intolerancia, es antidemocrático», dijo García este jueves en su primera reacción sobre el clima hostil que recibió Vargas Llosa el miércoles a su arribo a Venezuela.
El autor de «La Fiesta del Chivo» fue retenido por más de una hora en el aeropuerto de Caracas, donde se le sometió a un riguroso control aduanero que incluyó no sólo la revisión de su equipaje sino también de libros de poesía, cuadernos de notas personales y cartas, según denunció Vargas Llosa.
Además las autoridades migratorias venezolanas retuvieron el pasaporte al novelista, indicó Rocío Guijarro, directora del privado Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), que invitó al intelectual a participar en un foro en Caracas.
«Los controles aduaneros pueden ser en estos tiempos más rigurosos, en Caracas o Europa, pero es una mala señal que una democracia retenga el pasaporte de un intelectual crítico hacia Chávez; es una maniobra burda», dijo a la AFP un alto funcionario peruano que habló bajo reserva.
El escritor llegó a Caracas para inaugurar el foro internacional sobre libertad, democracia, propiedad y combate a la pobreza en América Latina, que comienza este jueves.
En relación al foro, un funcionario del aeropuerto de Caracas advirtió a Vargas Llosa que durante su estadía en el país no podía fijar posiciones políticas, o de lo contrario «podría ser expulsado», según relató el escritor.
«No creo que nadie se atreva a intentar amordazar a un hombre con tanto prestigio que defiende esencialmente la libertad y la democracia», subrayó el presidente peruano.
El trato dado a Vargas Llosa fue nota de tapa en los principales diarios del Perú, donde el popular Ojo disfrazó de gorila a Chávez y aseguró que en el aeropuerto de Caracas le revisaron hasta los calzoncillos al escritor peruano.
El analista Mirko Lauer estimó en el diario La República (centroizquierda) que con lo ocurrido «lo notable no son las denuncias de Vargas Llosa contra Chávez, sino la reacción a ellas».
«Con el trato áspero a éste visitante, Chávez se traslada al campo de los gobiernos que restringen la libertad de opinión. Pues no importa que el incidente haya sido leve y las amenazas de expulsión no se lleguen a cumplir: el mensaje está dado», resaltó Lauer.
«Es un obvio acto de provocación de Hugo Chávez a sus críticos dentro y fuera de Venezuela. Con esto termina el perfil bajo que el presidente venía ensayando desde su más o menos cordial reunión con Barack Obama» en abril pasado, señaló.
El incidente con Vargas Llosa sucede cuando en Venezuela «hay continuos atropellos y amenazas de clausura contra medios de comunicación opositores y se modifica la legislación para controlar y silenciar a la prensa», apuntó Kela León, directora del Consejo de la Prensa Peruana en el diario El Comercio.
En el Congreso, el legislador oficialista Luis Gonzales Posada, ex canciller peruano, demandó que la cancillería emita un comunicado de protesta y señaló que este hecho «demuestra el vientre autoritario» del gobierno venezolano.
El ex canciller indicó que el gobierno español debería también protestar debido a que Vargas Llosa tiene dicha nacionalidad.