El sexting es como la «botellita»


Según una encuesta, 20% de los adolescentes estadounidenses dice haber practicado

El intercambio ví­a celulares de fotos de jóvenes mostrándose desnudos, conocido como «sexting», no deberí­a estar sujeto a denuncias de pornografí­a infantil, de acuerdo con especialistas canadienses reunidos esta semana en una conferencia internacional.


Peter Cumming, profesor asociado de la York University de Toronto, presentó un trabajo sobre la sexualidad de los niños en el 78 Congreso de Humanidades y Ciencias que defiende esta práctica como una versión moderna de «jugar a los médicos o el juego de la botella».

«La tecnologí­a cambia las cosas y puede haber consecuencias muy serias», dijo Cumming, «pero esto oculta el hecho de que los niños y los jóvenes son seres sexuales que han explorado su sexualidad a lo largo de todos los tiempos, culturas y lugares», añadió.

«Tiene que hacerse una distinción entre la desnudez y la pornografí­a infantil», indicó el profesor.

La conferencia anual, celebrada este año en la Universidad Carleton de Ottawa, reúne a 8.000 investigadores de todo el mundo para discutir las últimas tendencias sociales.

El «sexting» –una combinación de los términos ingleses «sex» (sexo) y «texting» (acción de enviar mensajes)– fue noticia este año después de que estudiantes de una docena de estados estadounidenses fuesen acusados de pornografí­a infantil por compartir fotos de desnudos o semi-desnudos con amigos y compañeros de clase.

En marzo, tres adolescentes demandaron en Pensilvania a un fiscal que las acusó de distribuir «pornografí­a infantil» después de que un profesor descubriese una imagen de cintura para arriba de dos chicas vestidas con solo un sujetador, y otra imagen de una chica en topless.

El fiscal del distrito, George Skumanik, pidió a las chicas que acudiesen a clases de comportamiento durante cinco semanas y se sometiesen a un test de detección de drogas, o que se enfrentasen a un juicio, según una carta enviada aparentemente a los padres de las adolescentes.

La Unión de Libertades Civiles estadounidense, cosignataria de la denuncia, dijo que el trato de Skumanik fue inconstitucional y las acciones judiciales podrí­an haber llevado a las chicas al registro de delincuentes sexuales, arruinando posibles futuros trabajos.

En otros casos, un chico «aburrido» de Florida fue acusado por mandar una foto de sus genitales a una compañera de clase, mientras que otro fue incluido en la lista de delincuentes sexuales por enviar por correo electrónico fotos de su novia de 16 años desnuda, a la familia de ésta, tras una discusión.

Según una encuesta de una organización de planificación familiar estadounidense, publicada en diciembre, 20% de los adolescentes estadounidenses dice haber practicado «sexting».

Para Cumming, considerar etiquetar de delincuente sexual a un adolescente por un incidente de «sexting», una etiqueta que queda de por vida, desafí­a el sentido común.

«Serí­a muy poco probable ver decenas de nuevas historias contando que niños fueron descubiertos jugando a la botella, al doctor o al strip poker», dijo Cumming en su presentación.

«Muchos de los casos que han comparecido (ante la justicia) tení­an el mismo nivel de inocencia y experiencia que esas actividades. En otras palabras, los chicos están jugando a la botella en lí­nea», indicó.