Corea del Norte podría llevar a cabo un segundo ensayo nuclear para negociar con peso en las discusiones multilaterales que deben reanudarse el lunes en Pekín, advirtió el viernes el nuevo ministro surcoreano de Defensa.
El ministro Kim Jang-Soo, ex jefe del estado mayor de las fuerzas surcoreanas, ordenó a su ejército mantenerse alerta ante una posible agresión del Norte.
«Debemos estar completamente preparados para enfrentar un eventual segundo ensayo nuclear de Corea del Norte y un posible movimiento hostil en el marco de las negociaciones sobre su armamento nuclear», indicó el ministro Kim Jang-Soo en un mensaje escrito a las fuerzas armadas.
Las tratativas multilaterales (China, las dos Coreas, Estados Unidos, Japón y Rusia) sobre el programa nuclear norcoreano, suspendidas hace más de un año debido a un boicot de Pyongyang, se reanudarán el lunes en Pekín, dos meses después del primer ensayo atómico del régimen de Kim Jong-il.
El régimen norcoreano ha afirmado a su aliado chino que no pensaba realizar un segundo ensayo después del efectuado el 9 de octubre, aunque amenazó con medidas «adecuadas», no especificadas, en caso de una presión creciente por parte de la comunidad internacional.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas infligió sanciones a Corea del Norte luego de su ensayo nuclear al votar un embargo a «las armas y materiales conexos», «los materiales vinculados a la tecnología nuclear o a la de los misiles», así como a «los productos de lujo», incluyendo «una inspección de toda carga con destino o procedente de Corea del Norte».
Estados Unidos habría propuesto garantías de seguridad escritas a Corea del Norte a cambio de abandonar sus programas nucleares, tema central de las negociaciones que deben reanudarse el lunes en Pekín tras un año de interrupción, afirmó el jueves la agencia Yonhap.
Esta propuesta fue evocada a fines de noviembre en la capital china durante un encuentro entre los delegados norteamericano y coreano, según la agencia que citó a una fuente diplomática no identificada.
«Durante ese encuentro, la parte estadounidense reafirmó que no tenía intenciones de atacar o invadir a Corea del Norte, conforme a la declaración conjunta de septiembre 2005», según la misma fuente.
El régimen norcoreano había aceptado en esa fecha renunciar a su arsenal nuclear militar y firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). A cambio, las otras partes reconocían su derecho al nuclear civil.
Corea del Norte se echó atrás en sus compromisos tras las sanciones financieras que impuso Estados Unidos a entidades norcoreanas acusadas de lavar dinero.