Si el vicio es el director de tu vida, ésta será una tragedia, llena de enfermedades, pobrezas y fracasos.

Muchos, creyéndose muy hombres, se enfrentan al vicio pero lo primero que pierden es su tan afamada hombrí­a.

Si quieres ganarle al vicio, no trates de pelear con él, pues sólo quien le rehúye termina venciéndolo.

El vicio es un pésimo negocio: por cada risa que provoca exige mil lágrimas de pesar.

El vicio no son salvavidas, sino piedras muy pesadas que te llevarán al fondo del mar de miseria y dolor.

Dios es la aurora que, conforme te acerques a í‰l, disipará las sombras y las angustias de los vicios.