CICIG a debate



Como era lógico y de esperar, el tema de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala iba a provocar reacciones encontradas y rechazos que en algunos casos evidencian tener algún fundamento en términos de preservar nuestro ordenamiento legal y la primací­a constitucional. Ese tipo de objeciones obligará a un análisis profundo de los términos del convenio suscrito con Naciones Unidas, para evitar posibles inconstitucionalidades que hagan fracasar el esfuerzo por dotar al paí­s de un instrumento que ayude a la investigación para terminar con la impunidad en casos especí­ficos.

Nosotros sostenemos que la prioridad es combatir la impunidad y que si existen problemas de implementación de la CICIG, es preciso buscarle solución a los mismos. Lo que no nos parece correcto es que pretextando ahora el concepto de soberaní­a del paí­s se haga oposición a un acuerdo con Naciones Unidas para beneficiar al paí­s con apoyo en materia de investigación que sirva de soporte al Ministerio Público. Es función propia de la ONU brindar ese tipo de asistencia a los paí­ses miembros y por lo tanto no podemos considerar la Comisión como un entrometimiento en asuntos nacionales porque cabalmente Guatemala es signataria de la Carta de Naciones Unidas y por lo tanto tiene derechos y deberes en el marco de esa entidad multilateral y puede sacar provecho de asistencias como la planteada en este caso.

Obviamente los más afectados por la CICIG no darán nunca la cara y utilizarán cualquier clase de argumentos para objetar su funcionamiento porque saben que sin una Comisión con esas caracterí­sticas podrán seguir gozando de impunidad como hasta la fecha y que perderí­an muchos de sus poderes fácticos en el momento en que la cooperación internacional facilitara investigaciones en Guatemala.

La alternativa a la implementación de nuestros propios modelos de investigación y de combate a la impunidad es verdaderamente grave para la soberaní­a del paí­s porque ya estamos viendo cómo desde España se deciden acciones de administración de justicia fundamentadas básicamente en el régimen de impunidad existente en el paí­s. El mejor camino para impedir la intromisión judicial de otros paí­ses en el nuestro es entendiendo que debemos poner en marcha el aparato de la justicia para deducir aquí­ responsabilidades a los culpables de delitos graves.

Y no deja de ser paradoja que el tema de la soberaní­a sirva ahora para objetar algo que tiene fundamento en el derecho internacional mientras que nada se dijo de aquellos acuerdos bilaterales que Guatemala hizo con paí­ses para buscar asesorí­a en el campo de la represión que dejó muchas secuelas, entre ellas el tema mismo de la impunidad que está en í­ntima relación con la participación de extranjeros que en calidad de asesores no sólo entrenaron a las fuerzas de seguridad, sino que también ayudaron a crear un marco legal que permitiera al Estado garantizarle a sus agentes una inmunidad que sólo cabí­a alentando la impunidad.