Hay leyes que desafían toda lógica. En Inglaterra, por ejemplo, está prohibido ocupar un escaño en el Parlamento ataviado con una armadura. Pero aún está más prohibido morirse allí, bajo pena de ser arrestado, según reportó UKTV Gold.
Pegar un sello con la efigie del Rey con la cabeza hacia abajo es considerado como un «acto de traición»; una mujer embarazada puede orinar en el casco de un policía; una empleada de una tienda de peces tropicales en Liverpool puede trabajar con el pecho al descubierto.
En el reino del absurdo también figura la obligación que tienen todos los escoceses de abrir su puerta a una persona que tenga una necesidad urgente. También destaca el permiso de matar a un escocés en los muros de la antigua ciudad de York, pero solamente si lleva arco y flechas.