Líderes de la Unión Europea (UE) se reúnen mañana y viernes en Bruselas en una cumbre centrada en la ampliación, inmigración y energía, donde la decisión de suspender en forma parcial el proceso de adhesión de Turquía al bloque aún puede dar lugar a debate.
En vísperas del ingreso de Rumania y Bulgaria a la UE el 1 de enero, los jefes de Estado y de gobierno de los 25 tienen previsto reconocer que el bloque no recibirá nuevos Estados miembros mientras no se reformen las instituciones del bloque, un problema vinculado con el paralizado proyecto de Constitución europea.
«El Consejo Europeo remarca la importancia de garantizar que la UE puede mantener y profundizar su propio desarrollo mientras continúa su agenda de ampliación», dirán los jefes de Estado y de gobierno, según un proyecto de conclusiones al que tuvo acceso la AFP.
Esta fórmula coincide con la opinión del comisario europeo de Ampliación Olli Rehn, quien el miércoles señaló ante los eurodiputados reunidos en Estrasburgo (este de Francia) que «la capacidad de integración está vinculada con las instituciones europeas, el presupuesto y la políticas» comunitarias.
«Una solución constitucional deberá haber sido encontrada en el momento en que el próximo Estado miembro esté en condiciones de entrar en la Unión», había estimado la Comisión Europea en un informe sobre la estrategia de ampliación de la UE divulgado en noviembre pasado.
Si bien Bulgaria y Rumania no están concernidos por esta nueva visión, sí se verán afectados los dos candidatos en tratativas, Croacia y Turquía, así como también a Macedonia y otros posibles aspirantes de los Balcanes.
El análisis global sobre la ampliación no debería verse perjudicado por la cuestión turca, tal como temía la presidencia finlandesa de la UE, gracias al acuerdo alcanzado el lunes pasado para suspender en forma parcial las negociaciones de adhesión de Ankara al bloque por su negativa de cumplir con los compromisos adoptados con Chipre.
Sin embargo, tampoco se puede descartar que algunos líderes, como el primer ministro británico Tony Blair, utilicen la cumbre como tribuna para defender su posición en esta batalla entre «pro-turcos» y «duros».
«Dar la espalda a Turquía sería un grave error estratégico a largo plazo para Europa», reiteró Blair el martes en Londres.
Además de la ampliación, otro tema de la cumbre será la energía, cuestión que ha estado en la agenda europea durante todo el año a raíz de la creciente dependencia externa del bloque y los problemas de integración de su mercado.
En su proyecto de declaración, los líderes saludarán los «progresos» realizados para reforzar la coherencia de las políticas internas y externas sobre el tema, pero también insistirán en el objetivo de «garantizar la seguridad del abastecimiento de energía a largo plazo».
En cuanto a la inmigración, otro dilema que enfrenta el bloque y que España se ha encargado de mantener en los debates a partir de su crisis de ilegales en Canarias, los líderes deberían comprometerse a seguir avanzando en la política común de gestión de esos flujos.
Para España, las bases de la política europea en el área deber ser «combatir, regular y ayudar», como explicó el lunes el canciller español Miguel Angel Moratinos.
Una de las intenciones es continuar mejorando la colaboración con los países africanos, luego de las dos reuniones a nivel ministerial celebradas este año en Rabat y Trípoli que deberían ser seguidas por una cumbre UE-Africa en el segundo semestre de 2007, bajo presidencia portuguesa.