El público no sabe cómo se transmite la enfermedad que, por el momento, no llegó oficialmente a China.
Pero, «la gente decidió no comprar más cerdo, por culpa de esta gripe», explica Yuan, de 47 años, carnicera en el mercado de Dongjiao, donde todavía se recuerda el pánico frente a la epidemia de neumonía atípica (SRAS) en 2003.
«No puedo cambiar de producto y tengo miedo que la situación empeore. En estos dos últimos días, los precios ya bajaron, de 7 yuanes (0,79 euros o 1,03 dólares) la libra, a 6,8 yuanes.»
En China, las noticias sobre la propagación de la gripe porcina, que podría haber causado 159 muertes en México, el epicentro de la epidemia, sembraron la alarma desde este fin de semana.
El gobierno chino, muy criticado por haber silenciado el principio de la epidemia de SRAS en 2003 y que tiene que hacer frente regularmente a casos de gripe aviaria, se movilizó para prevenir una posible crisis actual, haciendo de la lucha contra el virus H1N1 un «asunto prioritario».
Sin embargo las autoridades envían mensajes contradictorios sobre las vías de transmisión. Por un lado, afirman que la carne de cerdo no es peligrosa y, por otro, prohíben las importaciones de este producto desde México y tres Estados norteamericanos.
«No hay ninguna prueba de que la gripe porcina pueda ser transmitida por la alimentación. El consumo de cerdo bien cocido no es peligroso», declaró el domingo el ministerio de Sanidad.
Al día siguiente, el ministerio de Agricultura y Administración suspendió las importaciones de carne porcina mexicana y norteamericana.
El consumidor no sabe qué hacer, como Ma Zhen, un fotógrafo de 25 años que, en el mercado de Dongjiao, compra gambas en lugar de cerdo, la carne favorita de los chinos.
«Oír las noticias me quitó las ganas de comprar cerdo. Es una enfermedad grave. Sé que no hay (casos) en China, pero podría llegar», dijo.
En Shangai, la metrópoli económica china, en la costa este del país, los temores son los mismos.
«Quizás voy a parar de comer por un tiempo cerdo y (compraré) otras carnes o pescado», explica Lillian Wu, de 28 años, en un mercado del noreste de la ciudad.
Zhao, un vendedor de 23 años, se lamenta que «antes de la gripe, vendíamos la carne de una decena de cerdos por día, ahora vendemos la de cinco o seis».
China, con una población de 1.300 millones de habitantes y unos 450 millones de cerdos, puede correr un grave riesgo si la gripe porcina se transmite por los animales.