En Guatemala, gracias a la conducta poco confiable de la gran mayoría de políticos, se ha acuñado la frase que hoy sirve de título de este comentario, debido precisamente a que en lo que debiera ser una escuela cívica para la población, como lo es la actividad política, más bien se ha convertido en escuela de males artes y hasta «mañas», ya que no es extraño que de la noche a la mañana aparezcan en escena cosas verdaderamente criticables ejecutadas por nuestros políticos.
Y aunque muchos se esfuerzan por aparentar que sustentan una «ideología», la verdad es que se han olvidado de conceptos ideológicos para dar paso a lo que en nuestros días podríamos llamar el «mercantilismo», porque aquí es cuestión de negociar con el que tiene más pisto y más posibilidades de ganar, sin importar qué clases de intereses representa.
Lo anterior se desprende del rumor que se ha hecho público en el sentido de que se espera que pueda consolidarse una alianza política-electoral entre la UNE y el Partido Unionista, posibilidad que yo en lo personal no creo que se cristalice en realidad porque considero que el Partido Unionista pretenderá por lo menos, que se le dé participación en la mitad del gobierno, además de la Municipalidad por supuesto, que no es motivo de discusión porque la UNE no tiene figura para competir con ílvaro Arzú por la comuna.
Por otra parte no creo que el Ingeniero ílvaro Colom se encuentre tan desesperado o preocupado de afianzar un posible triunfo eleccionario, porque de ser así, entonces sí se aplicaría la frase de: «En política de se vale de todo», lo cual no tiene ninguna significación intelectual ni ideológica que la justifique, pues invita a la aplicación de tácticas rudas y nada nobles que en lugar de privilegiar la práctica de la política, más bien la terminan desprestigiando.
Que puede ser posible que Colom y Arzú negocien, claro que es posible en Guatemala, pero no en Ecuador, Bolivia, Brasil o Venezuela, en donde las plataformas ideológicas sí tienen sus fundamentos y marcan diferencias entre quienes creen ciegamente en el neoliberalismo y los que creen en el socialismo nacionalista.
Veremos entonces que es lo que más inspira al ingeniero ílvaro Colom, quien sin duda es el que tiene la palabra en cuanto a la posibilidad de la ya anticipada alianza, la cual, de realizarse, siempre provocará la deserción de mucha gente de la UNE que creyó en Colom por una parte, y por la otra, de potenciales candidatos a alcaldes o diputados que no aceptarían ser relegados a segundos de a bordo. Por otra parte, esta presumible alianza, no representaría nada nuevo para Guatemala, pues ya sabemos como gobernó ílvaro Arzú, y muchos simpatizantes de la UNE no creen en los beneficios que supuestamente aportó dicho gobierno. Esta posible alianza entra en el juego de sumar restando y viceversa. «El hombre consecuente cree en el destino; el voluble, en el azar». Disraeli.