Quino, el más universal de los humoristas gráficos argentinos y padre de Mafalda, la legendaria tira traducida a más de una veintena de idiomas, se ha tomado un descanso con sus lectores, pero promete volver con un estilo renovado en sus temas y diseños.
«Me pareció acertado luego de más de 50 años de publicar ininterrumpidamente mi obra en diarios, revistas y libros, tomarme un tiempo hasta encontrar algún modo de renovar el enfoque de mis ideas o al menos nuevas formas en mi línea gráfica», escribió Quino, de 76 años, en una carta en la revista dominical Viva, del diario Clarín.
Esa revista reedita desde hace dos años tiras cómicas del famoso dibujante, que en 1964 dio vida a Mafalda, la mordaz niña de una típica familia de clase media argentina que con sus ácidas críticas y su mirada del mundo hizo sonreír y pensar a lectores de todo el planeta.
«Resultó interesante volver a verlas por la asombrosa actualidad que presentaban muchas de ellas, lo que prueba que tantos problemas que hoy nos agobian vienen repitiéndose gracias al talento que pone la sociedad en reciclar sus errores», afirma Quino en la carta escrita con su puño y letra.
Joaquín Lavado, alias Quino, dice allí sufrir el mismo «mal» que aqueja a la sociedad por «repetirme en mis temas y estilos de dibujo» y justifica su paréntesis con los lectores porque «considero esta actitud como la más honesta que puedo asumir en este momento».
«Lamentablemente, al día de hoy no he sabido encontrar la fórmula de tales cambios. La seguiré buscando», agrega en la carta que acompaña con un autorretrato de expresión reflexiva, y en la que deja claro que no se trata de una despedida.
«No se tomen estas líneas, que tanto me cuesta escribir, como una despedida sino como una ausencia temporal que espero sea breve porque no me gusta nada la idea de que mis dibujos no sigan apareciendo en estas páginas», advierte Quino.
Quino nació en la provincia de Mendoza (oeste) en 1932 y se instaló en 1954 en Buenos Aires, donde publicó historietas en varios medios, pero tras el golpe de Estado de marzo de 1976 que instauró una feroz dictadura, se trasladó a Milán junto con su esposa Alicia.
Las reflexiones de Mafalda, el más popular de sus personajes, fueron traducidas a más de 20 idiomas desde que comenzó a publicarse como tira en el desaparecido semanario Primera Plana.
La historieta con la niña rebelde dejó de editarse en 1973, pero las nuevas generaciones siguen deleitándose con sus incisivas expresiones, que pueden disfrutarse incluso a través de dibujos animados en internet.