Viajar en camioneta genera pánico


Las  unidades de transporte se han convertido en escenarios violentos donde se cometen asesinatos diariamente.

Los asesinatos y las balaceras dentro de las unidades del transporte urbano y extraurbano son factores que influyen en la salud mental de la ciudadaní­a, quienes sufren ansiedad y terror cuando abordan un autobús.

Mariela Castañon
lahora@lahora.com.gt

Las últimas semanas vividas en la capital han sido de extrema violencia. Varios pilotos, usuarios e inclusive los mismos delincuentes han sido asesinados o heridos dentro de estos vehí­culos.

Uno de los tantos hechos que indignó a la sociedad fue el suscitado ayer, cuando un bebé de tan sólo dos meses recibió una bala en un autobús de la empresa Velotax, en la colonia Canalitos zona 24 luego de un ataque dirigido al piloto y su ayudante, el primero falleció en el lugar.

Además, en los dí­as anteriores, unidades urbanas y extraurbanas han sido atacadas a balazos por delincuentes que son dirigidos, supuestamente, por el narcotráfico, esa es la sospecha más fuerte del presidente de la República, ílvaro Colom.

La tensa situación de la que es testigo la ciudadaní­a provoca estrés, terror y ataques de pánico, los cuales repercuten en la salud mental de la población, señala Carlos Ortiz, de la Liga de Higiene Mental.

Ortiz argumenta que dicha situación «no permite disfrutar de la vida», porque la población está en alerta o con temor de que pueda suceder algo en cualquier momento; es por ello que la reacción o el mecanismo de defensa de algunas personas es «conservar su vida», y están dispuestas inclusive a enfrentarse con los responsables de esta espiral de violencia.

Por tal motivo, es que en los últimos dí­as se puede observar a una población que responde de forma violenta, pero lo hace para cuidarse a sí­ mismo, afirma el profesional.

Por su parte, la población señala estar cansada de la inseguridad en el paí­s. Muchos de ellos lamentan la situación, otros repudian la anarquí­a que se vive, mientras que hay quienes opinan sentirse «aterrorizados».

«No entiendo cómo nos podemos hacer daño unos con otros, se supone que somos hermanos y vivimos en un mismo paí­s, siento mucho lo que pasa en los buses», indica Ana Marí­a Beltranena, estudiante universitaria.

«El Gobierno es incapaz de darnos la seguridad que necesitamos; no puede, simplemente no puede o no les importamos, porque nos matan como perros y a nadie le importa», indica un piloto de bus de la ruta 203, quien pide no ser citado.

«Tengo pavor de subirme a un bus, todos los dí­as matan a alguien, uno está con ese temor, por todo lo que se oye y se vive en nuestro paí­s», dice Ronald Gómez, trabajador de una maquila.

La mayorí­a de personas consultadas coinciden en que la espiral de violencia ha rebasado los lí­mites; un claro ejemplo fue el suscitado ayer con el bebé de dos meses. Pese a que las autoridades de seguridad anunciaron reforzar la protección en diferentes puntos del paí­s, este flagelo no concluye. Los asesinatos y los atentados están a la orden del dí­a.

EJECUTIVO «Es el crimen organizado»


El presidente ílvaro Colom acusó al crimen organizado de querer desestabilizar al paí­s con una serie de ataques armados contra autobuses del transporte público, que se han saldado con cuatro muertos en dos dí­as.

«El objetivo de este plan es paralizar el paí­s», afirmó Colom en rueda de prensa al referirse a los cinco ataques perpetrados el martes y este miércoles contra varios autobuses del transporte público en las afueras de la capital.

Dos pasajeros y dos choferes perdieron la vida en estos ataques.

Ante lo que consideró como un intento de desestabilizar el paí­s, el presidente decidió cancelar su participación, este miércoles, en la cumbre de presidentes centroamericanos en Managua.

Colom aseguró que se está investigando quién está detrás de este plan, aunque, dijo, eso «nos va a tomar tiempo llegar a las raí­ces».

La policí­a ha detenido hasta el momento a 14 personas acusadas de estar relacionadas con estos ataques.

Colom también anunció la desarticulación de un plan orquestado para llevar a cabo, el próximo 8 de abril, cuatro motines en otras tantas cárceles con el fin de liberar a varios miembros del crimen organizado que están detenidos.

«Tenemos que estar conscientes que es un plan de desestabilización al que ya se ha sumado cualquier tipo de mafia que se está viendo afectada», dijo el presidente.