El saliente gobierno checo intentó hoy garantizar que su caída «no tendrá impacto en la Presidencia» de la Unión Europea (UE) que Praga debe ejercer hasta junio, aunque admitió que la situación «complica» el futuro del Tratado europeo de Lisboa aún no ratificado en su país.
«No se preocupen, esta situación no tendrá impacto en la Presidencia» de la UE, declaró el primer ministro checo, Mirek Topolanek, ante el plenario de la Eurocámara, un día después de que su gobierno cayera por una moción de censura lanzada por la oposición de izquierda.
El jefe del gobierno de centroderecha deberá dimitir, pero podrá permanecer en funciones para ocuparse de los asuntos corrientes hasta el final de la presidencia semestral de la UE a finales de junio.
«Lo que es triste es que la oposición socialdemócrata intentó minar la presidencia (checa de la UE). Pero espero de todos modos que esta presidencia sea un éxito», precisó Topolanek, quien al llegar al hemiciclo se estrechó en un fuerte abrazo con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Sin embargo, y a pesar de los intentos de Topolanek por calmar el juego, lo cierto es que la crisis checa «complica» la crucial cuestión de la ratificación del Tratado de Lisboa por parte de República Checa, tal como admitió el viceprimer ministro checo a cargo de Asuntos Europeos, Alexandr Vondra.
«Los acontecimientos actuales complican la situación» concerniente la ratificación de ese texto destinado a mejorar el funcionamiento de la UE ampliada, declaró Vondra en una conferencia de prensa en el Europarlamento.
«Esperamos el voto del Senado, no va a ser fácil», agregó.
República Checa aún no completó su proceso de ratificación parlamentaria del Tratado de Lisboa y es el único país en esa situación, junto con Irlanda, que lo rechazó en referendo.
Para entrar en vigencia, el tratado deber se ratificado por los 27 países de la UE.
El Senado checo aún tiene que pronunciarse, en principio en abril, pero la fecha y el resultado de ese voto son inciertos, tal como dejó en claro el propio Topolanek.
«El teléfono para el Tratado de Lisboa se encuentra en la oficina de Jiri Paroubek (el jefe del Partido Social-Demócrata, responsable de la caída del gobierno y cuyo partido manejerá la agenda parlamentaria a partir de ahora), no en la de Mirek Topolanek», declaró el primer ministro.
Frente a estar situación que amenaza con prolongar la crisis institucional de la UE, el titular del Europarlamento, el alemán Hans-Gert Pí¶ttering, estimó que los europeos deben «alentar» a la presidencia checa del bloque a continuar con el proceso de ratificación.
«Debemos alentar a la presidencia para que el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa continúe», indicó Pí¶ttering.
El martes, tras conocerse la caída del gobierno checo, la Comisión Europea se había limitado a manifestar su «confianza» en el «buen funcionamiento de la presidencia» de la UE a pesar de las turbulencias políticas en Praga.