Concluye Morfo


La muestra Morfo, que expone la obra de artistas jóvenes, será clausurada mañana.

Morfo es una muestra de artes visuales contemporáneas emergentes promovida por el Ministerio de Cultura y Deportes y la Dirección General de las Artes a través del Proyecto CREA. Su objetivo es generar un espacio de exposición y discusión para artistas menores de 35 años de toda la República.

Byron Quiñónez
lahora@lahora.com.gt

La intención fundamental del proyecto Morfo es propiciar la descentralización de propuestas culturales y revelar el panorama de nuevos lenguajes que los artistas jóvenes guatemaltecos están utilizando para expresarse creativamente.

La muestra es acompañada por conferencias y talleres a cargo de artistas reconocidos, nacionales e internacionales. Las exposiciones de los trabajos seleccionados, talleres y conferencias se realizan en tres sedes: Galerí­a Km. 0 (Palacio Nacional de la Cultura), Centro Cultural Metropolitano (antiguo edificio de Correos, 7ª. avenida entre 12 y 13 calle, zona 1) y Casa Ibargí¼en (8a. avenida entre 12 y 13 calle zona 1).

El evento, planeado para desarrollarse durante un mes completo, será clausurado mañana. A las 16:30 horas se realizará la última visita guiada a través de la exposición montada en el Centro Cultural Metropolitano y a las 19:00 horas se llevará a cabo la clausura, acompañada por los comentarios de los curadores internacionales que participaron en el proyecto.

Por su parte Gerard Saurin, director de Alianza Francesa y curador invitado para Morfo, impartirá la conferencia «Claude Viallat y el movimiento pictórico Supports-Surfaces (Soportes-Superficies): el rechazo de la temática «, en Casa Ibargí¼en a las 17:horas.

Entre los artistas que presentaron sus obras en dicha muestra podemos mencionar a David Pérez Karmadavis, Denise Quiñónez, Estuardo Maldonado, Gabriel Rodrí­guez, Galerí­a Urbana, Hellen íscoli, Jorge Linares, Irene Santos, Mauricio González, Ví­ctor Wang, Yavheni de León, Lucí­a Reinoso, Tiffani Cantoral, Audrey Houben, Clara de Tezanos, Edna Sandoval, Antonio Pichiyá, Manuel Chavajay, Edwin González, Giovani Mijangos, Edgar Calel, Marco Tulio Roquel, Josué Emerson Chicol, Kunti Shaw y Martí­n Dí­az.

Respecto de Morfo, la curadora guatemalteca Rosina Casali afirma que la exposición fue «montada con evidente aprecio, como resultado de un gran esfuerzo por reunir un significativo grupo de artistas desconocidos. Hay, sin embargo, un aspecto que merece especial énfasis y reflexión. Lo emergente, por derecho propio, es ese estado de lo nuevo donde son propicias las dudas, las pruebas y los errores. Pero eso no quiere decir ausencia de seguimiento curatorial. En estos tiempos, ricos en referencias, es casi una obligación evitar los lugares comunes, las cosas a medias, las ocurrencias gratuitas y los barroquismos innecesarios. En el contexto de lo emergente, la experiencia de la interlocución debe ser herramienta esencial «.

Las muestras expuestas son diversas e interesantes, inesperadas y excepcionales pese a las evidentes carencias de formación artí­stica que dominan nuestro panorama. Especial atención merecen las piezas de Gabriel Rodrí­guez, que se basa en una frase mot just, donde cada palabra es justa e imprescindible. En el techo, un rótulo de vinyl anuncia: «Propiedad de Dios», aludiendo al poder del mito, el dogma religioso y el animismo transformados en valla publicitaria. Nada mejor para describir a nuestra sociedad.

Por otro lado, el monumental «teddy bear» de Denise Quiñónez, recubierto con alambre de púas, recuerda los contrastes de lo mullido y lo hostil, tema que la artista Jéssica Kairé abordó el año pasado en su emblemática exposición titulada Confort. La fragilidad de la instalación con fotografí­as dobladas como origami de Jorge Linares reta el purismo de la foto para expandirla más allá de sus dos dimensiones.

Los anteojos de Manuel Chavajay, cuyas lentes sirven como lienzo para pintar paisajes del lago de Atitlán, no sólo provocan la tradición de la pintura costumbrista sino disparan una reflexión sobre los distintos filtros e interferencias que se anteponen a la construcción de las culturas, las identidades y otros mecanismos de auto reconocimiento. La obra de David Karma Pérez, entre el accionismo y la experimentación formal, encuentra en los elementos decorativos del Palacio Nacional una cantidad de vetas para explorar y, desde la mirada irónica, desmantelar sus mensajes históricos.

Hay que afirmar que el arte nuevo necesita amigos y debe ser visto por muchos ojos. Esto significa estar atentos a este tipo de eventos y atestiguar en el largo proceso de maduración artí­stica. Bajo ese punto de vista, Morfo se sitúa como una de las gestiones más significativas en lo que va del año y contó con la participación de curadores internacionales como el mexicano Gilbert Vicario, del Museo de Bellas Artes de Houston, Texas; Claude Belanger de Canadá y Gerard Saurin de Francia.