El estudio titulado «Crisis de la gestión hídrica en Centroamérica», elaborado por el Foro Nacional del Agua y la Unidad Ecológica Salvadoreña, sostiene que «la problemática del agua en Centroamérica tiene su origen en un débil e insuficiente marco regulatorio».
«En Centroamérica, a medida que avance el siglo XXI, el agua dulce será cada vez un recurso más escaso. Todo parece indicar que una amplia gama de problemas derivados de la crisis y conflictos ambientales en los escenarios nacionales y regionales girarán en torno a la disponibilidad y el control sobre el agua», advierte el informe.
«En Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, tenemos marcos regulatorios obsoletos y que son fraccionados e insuficientes para hacer una gestión sustentable del agua», declaró el coordinador del estudio, Carlos Flores.
En Honduras y Guatemala existen leyes que datan de 60 o 50 años que «no están acordes con la realidad de los países», dijo.
En Nicaragua en 2008 se aprobó una ley general de aguas «con bastantes deficiencias», y en El Salvador no existe una legislación para administrar este recurso.
«La característica común es de leyes viejas, o son leyes insuficientes o hay una multiplicidad de leyes que abordan el tema del agua pero que no profundizan o no lo abordan de manera integral», enfatizó Flores.
El investigador también culpó a la posición «interesada» de empresarios, que no quieren leyes porque implicarían regulaciones que les obligarían a pagar impuestos por el agua y a dejar de contaminar los ríos.
En El Salvador, un proyecto de ley duerme en el Congreso desde hace tres años.
Para Flores, por falta de una ley, el gobierno de El Salvador gasta anualmente 200 millones de dólares para atender enfermedades gastrointestinales causadas por la ingesta de agua de mala calidad.
Según el estudio, en Centroamérica llueve tres veces más que el promedio mundial, pero el recurso se distribuye «desigualmente» debido a factores, como los microclimas, las diferencias de altitud y los patrones de asentamiento humano.
El informe dice que «durante las próximas décadas la escasez de agua superficial y su deterioro acelerado podrían exacerbar conflictos entre países vecinos».
Agrega que en la región la escasez de agua en áreas urbanas ha alcanzado «umbrales críticos».
Sobre la base a datos de la FAO, el estudio pronostica que hacia 2025 los países centroamericanos contarán con la mitad de metros cúbicos de agua por habitante que los que tenían disponibles en el año 2000.
Por ejemplo, Nicaragua pasará de 45.206 metros cúbicos por habitante a 19.275, Costa Rica de 31.441 a 16.940, Honduras de 16.039 a 8.862 y Guatemala de 9.899 a 5.354.
El informe fue divulgado un día después de que terminara el Quinto Foro Mundial del Agua en Estambul, con una declaración que no apoyó, como reclamaban algunos países latinoamericanos, que el acceso al agua potable fuese elevado a derecho humano.
Informe
sobre el agua en CA