Un total de 2 mil 390 condenados a muerte fueron ejecutados en el mundo durante 2008, de ellos casi las tres cuartas partes en China, según el informe de Amnistía Internacional publicado hoy.
En su informe anual, la organización de defensa de los Derechos Humanos, con sede en Londres, contabiliza 2.390 ejecuciones en 25 países, lo que equivale a siete diarias, el año pasado.
En el mismo periodo, 8.864 personas han sido condenadas a muerte. Cinco países -China, Irán, Arabia Saudí, Pakistán y Estados Unidos- son responsables del 93% de las ejecuciones, según Amnistía.
En China se han ejecutado al menos 1.718 personas, es decir el 72% del total mundial. La organización considera sin embargo que esta cifra está subestimada, debido al secretismo de este dato.
Asia es el continente con más ejecuciones, con 11 países (Afganistán, Bangladesh, China, Indonesia, Japón, Corea del Norte, Malasia, Mongolia, Pakistán, Singapur y Vietnam) que la aplican.
Al contrario, Belarús es el único país de Europa y de Asia Central que aplica la pena capital, desde que Uzbekistán la abolió. Este antiguo país del bloque soviético ejecutó a cuatro personas en 2008, según Amnistía.
Estados Unidos llevó a cabo 37 ejecuciones el año pasado (18 de ellas en el Estado de Tejas). Pero es la cifra más baja desde 1995 y está «cada vez más claro que incluso Estados Unidos se desvía progresivamente de la pena capital», indica Amnistía.
Los dos tercios de los Estados del planeta han renunciado ya a la pena de muerte, y de los 59 países en los que sigue vigente, sólo 25 la aplican.
«La buena noticia es que sólo un pequeño número de países llevan a cabo ejecuciones, señal de que progresamos hacia un mundo sin pena de muerte», indicó Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional.
La causa abolicionista sufrió dos reveses en 2008. Saint Kitts y Nevis se convirtió en el primer Estado del continente americano (fuera de Estados Unidos) en aplicar la pena de muerte desde 2003. En ífrica, Liberia la restableció para los condenados por violación o actos de terrorismo.
Sólo dos ejecuciones (en Botswana y en Sudán) han sido censadas en ífrica Subsahariana en 2008, pero se han registrado 362 condenas a muerte.
Oriente Medio y ífrica del Norte son, después de Asia, las regiones en las que el mayor número de personas han sido ejecutadas (508). Irán, que ha ejecutado al menos a 346 condenados, violó la ley internacional, según Amnistía, al ejecutar a ocho menores.
Amnistía ha basado su informe en estadísticas oficiales y en los datos comunicados por ONGs, defensores de Derechos Humanos, medios de comunicación y víctimas.
El informe anual de Amnistía Internacional sobre la pena de muerte muestra que las ejecuciones son «cada vez más un asunto regional y aislado» en Estados Unidos, estimó hoy la rama estadounidense de la organización de defensa de derechos humanos.
«Sólo nueve de los 36 estados que autorizan la pena de muerte en 2008 practican ejecuciones y la mayoría de éstos ocurren en una sola región: el sur», dice un comunicado del organismo, con sede en Londres.
Ubicado en el sur, Texas ordenó ejecutar a 18 procesados de los 37 totales en Estados Unidos en 2008, y 12 de los 20 hombres ya fueron ejecutados en 2009.
Otros estados como Virginia (este), Tenessee (sur), Alabama (sur), Ohio (norte) y Oklahoma (sur) prosiguen con inyecciones letales pero en proporciones menores.
También ubicado en el sur de uno de los últimos países que todavía autoriza la pena de muerte, Nuevo México (sureste) abolió la semana pasada el castigo supremo.
«Las ejecuciones en Estados Unidos se volvieron cada vez más un fenómeno regional y aislado», estimó Sue Gunawardena-Vaughn, directora de la campaña de Amnistía Estados Unidos a favor de la abolición.
«En otras partes, las preocupaciones como el costo, el peligro de ejecutar a un inocente o las discriminaciones raciales condujeron a un declive importante de los apoyos a la pena capital», añadió.
En Estados Unidos, los sondeos muestran cada año un apoyo popular de alrededor de dos tercios de la población a la pena de muerte.
Pero este año, una decena de estados está considerando la posibilidad de abolir la pena capital, influenciados entre otros por la crisis económica, dado que ésta puede costar hasta diez veces más caro que la cadena perpetua.
Quienes abogan por abolir la pena capital ponen todas sus esperanzas en esos estados, que ejecutan poco, para hacer inclinar su balanza y lograr que la mitad de los 50 estados no autoricen más la pena de muerte. En este caso, podría ser reconsiderada a nivel nacional.
En 2008, 2 mil 390 condenados a muerte fueron ejecutados en el mundo, entre los que cerca del 75% en China, según el informe anual de Amnistía Internacional sobre la pena de muerte publicado hoy.