A ver qué proponen frente a la crisis


Se inició hoy una reunión de alto nivel de la Internacional Socialista en Guatemala para analizar el impacto de la crisis económica en los paí­ses de América Latina y proponer acciones para mitigar sus consecuencias. Para el caso de Guatemala es importante este evento, porque aunque el Gobierno sostiene su filiación con la socialdemocracia, la única polí­tica pública que podrí­a enmarcarse en esa tendencia es la de los programas de cohesión social, pero en el resto de ámbitos de la administración no se observa claramente la lí­nea ideológica que tiene el régimen.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Por definición, la socialdemocracia tendrí­a que estar implementando medidas para establecer controles y regulaciones del Estado para evitar los abusos que, cabalmente, fueron los que desataron mundialmente la crisis porque las instituciones públicas dejaron de regular la actividad privada y de supervisar sus acciones, lo que abrió la puerta a la codicia sin lí­mite que terminó creando la peor crisis económica que el mundo registre desde la Segunda Guerra Mundial y, posiblemente, desde la terrible Gran Depresión de 1929.

Guatemala es uno de los paí­ses en los que se implementaron al pie de la letra las medidas de ajuste estructural impuestas por el Fondo Monetario Internacional que significaron no sólo la eliminación de subsidios y de la existencia de empresas estatales, sino también de regulaciones para establecer mecanismos de control que impidieran excesos en el mercado. El ejemplo del mercado de los combustibles es uno de los más claros, puesto que Guatemala no puede ejercer ningún tipo de acción para impedir que los importadores de petróleo hagan lo que se les ronque la gana con los precios, toda vez que no hay autoridad que tenga competencia para siquiera escudriñar en los costos y de esa manera impedir abusos contra la población como los que se han dado cuando ajustan al alza casi de forma inmediata y automática los precios, pero se tardan una eternidad para realizar los ajustes a la baja.

Hace ya bastante tiempo que en Guatemala se aceptó como dogma que la mano invisible del mercado es la que regula la economí­a y que no hace falta ni conviene pensar en otra mano. Se eliminaron controles y regulaciones en prácticamente todos los ámbitos y resultado de ello fueron los descalabros de instituciones financieras que fueron mal administradas en el marco de la nueva legislación bancaria, trinquete que nos ha costado literalmente miles de millones de quetzales porque el Estado sí­ fue bueno para asumir el costo del fraude.

La socialdemocracia no es para nada una tendencia totalitaria que pretenda el absoluto control del Estado de los medios de producción, pero mundialmente se distingue porque propone y ejercita mayores controles y regulaciones, asignando al Estado un papel efectivo tanto en ese campo como en la promoción de polí­ticas públicas orientadas a estimular el desarrollo en áreas que no son atractivas para el mercado por su escasa rentabilidad.

Ojalá que muchos funcionarios de este gobierno aprovechen la oportunidad de que las reuniones serán en Guatemala para que puedan asistir y así­ conocer, no digamos entender, el significado real de la socialdemocracia que es mucho más que una simple etiqueta y que, bien entendida y mejor aplicada, está siendo una receta correcta en muchos paí­ses para enfrentar la crisis.