Fernando Ramos

Las relaciones de pareja que salen de lo común siempre son vistas con los ojos de la doble moral. Los convencionalismos indican que lo normal es que hombre y mujer, que coincidan en edad, se casen, luego pueden tener sexo con el fin de procrear; cualquier cosa que vaya en contra de lo establecido es condenable.

El entorno determina el nivel de desarrollo de los prejuicios y éstos el tamaño de la reacción ante una pareja que contraviene lo considerado dentro de la moral. Producto de la hipocresí­a de las sociedades, las relaciones hombre mayor-mujer menor, son vistas con cierta indulgencia; pero si la situación se invierte, las reacciones suben de tono.

El cine y la literatura registran varios casos: «Lolita», de Vladimir Nabokov; y «El graduado», de Mike Nichols; son dos ejemplos clásicos.

«El lector», basada en le novela homónima de Bernhard Schlink, es el más reciente tí­tulo de Stephen Daldry. La pelí­cula cuenta la historia de Hanna Schmitz, una mujer que vive sola. Cierto dí­a lluvioso encuentra a un adolescente enfermo, ella lo ayuda, dí­as después él decide buscarla para agradecerle. De aquel encuentro nace una relación intensa. En determinado momento, Michael, el adolescente, descubre que Hanna encuentra placer en que él le lea, entonces las visitas se convierten en sesiones de lectura y sexo.

La cinta tiene como escenario la Alemania de la guerra y la posguerra, en la medida que los cambios polí­ticos afectan a la sociedad, de esa forma evoluciona la relación entre Hanna y Michael.

Daldry explora la naturaleza humana y muestra, sin reservas, pero con fineza, que la pasión depende de la quí­mica, no de los sentimientos. Las escenas en la casa de Hanna suceden a diferentes ritmos, es ahí­ donde se encuentra lo mejor del filme, pues los actores absorben el personaje y lo dejan fluir. Kate Winslet (Hanna), dota de credibilidad el suyo, inexpresivo cuando corresponde, altisonante en otras ocasiones, todo matizado por los gestos faciales y corporales. La destreza del director, para extraer lo mejor de sus actores, es evidente, aunado a la capacidad de Winslet, la interpretación es memorable, si se toma en cuenta que la trama abarca varias décadas. Ella ganó el Oscar por este trabajo.

Michael es interpretado, cuando es adolescente, por David Kross; y de adulto por Ralfh Fiennes; ambos están a la altura de las circunstancias; aunque sobresale el primero, porque su papel conlleva mayor dificultad.

«El lector» es una producción cuidada al detalle, con pocos fallos en la parte técnica, especí­ficamente el montaje, pues la fluidez de la primera hora encuentra tope al terminar el romance; sin embargo, el filme es redondo, muestra del gran oficio de su director.