¡Ya no cabemos!


Desde hace algunas semanas tení­a la armoní­a de abordar el tema en relación a la sobrepoblación, motivado un poco creo yo, por un programa de televisión que coincidentemente abordó el tema no hace mucho; sin embargo por una u otra razón lo habí­a venido postergando, y postergando.

Lic. Christian Alarcón Duque

Hoy en dí­a se calcula que la población mundial sobrepasa los seis mil quinientos millones de personas en todo el planeta; esto significa según estadí­sticas, que el crecimiento poblacional en el perí­odo comprendido entre mil novecientos cincuenta al año dos mil fue del doscientos treinta por ciento; casi cuatro veces más que en el perí­odo calculado entre el año mil novecientos a mil novecientos cincuenta.

Hace algunos años se estaba promoviendo una iniciativa de ley en el Congreso de la República, que pretendí­a promover en los centros educativos la implementación de la asignatura de Educación Sexual; se pretendió que esta se impartiera a niños y niñas desde la primaria.

Esta iniciativa -que confieso no conocí­ a profundidad-, parecí­a ser per se coherente y sensata con la realidad nacional y mundial, y habí­a generado alguna expectativa -sobre todo entre las personas maduras y sensatas que comprenden la relevancia de este tema-; sin embargo diversos sectores de la sociedad civil pegaron el grito en el cielo cuando se enteraron que el uso correcto del preservativo, pastillas anticonceptivas y otros tópicos eran parte del conocimiento que iban a adquirir los estudiantes. Luego, los diputados se amilanaron y la iniciativa no prosperó.

La sexualidad es y seguirá siendo por mucho tiempo el tema tabú por excelencia -y quizás el más controversial de todos los temas-; la sexualidad es algo que a todos nos gusta, pero que nadie se atreve a hablar. Vivir una sexualidad a plenitud representa una gran satisfacción y realización para el ser humano, ya que llena una necesidad primaria como lo es la afectividad, representa también estabilidad emocional y mental; además cientí­ficamente se ha comprobado que mejora la salud en general y el estado de ánimo, entre otras cosas.

Una sexualidad irresponsable conlleva males innecesarios como embarazos prematuros, paternidad irresponsable, estado de gravidez en niñas de tan solo doce años de edad, enfermedades venéreas que terminan en la muerte de la persona, y por supuesto sobrepoblación.

En Guatemala el crecimiento demográfico es una lí­nea ascendente y vertiginosa. Es de todos sabido que en la actualidad se dan casos en que menores de once años de edad ya han tenido relaciones sexuales y han quedado en estado de gravidez, inclusive. En los paí­ses anglosajones esto pareciera no tener tanta importancia, ya que a diferencia de los paí­ses latinoamericanos las niñas y niños menores se inician a muy temprana edad a descubrir su sexualidad, pero previamente conocen y aplican métodos anticonceptivos eficientes, y al mismo tiempo se protegen de contraer enfermedades venéreas.

El problema de la sobrepoblación trae aparejado miles y miles de males como la falta de agua, pobreza, escasez de empleos, falta de oportunidades, saturación en la demanda laboral, paternidad irresponsable; denominadores comunes de nuestro paí­s, que se han hecho más sensibles por la crisis económica. En fin una educación sexual integral podrí­a hacer la diferencia; despojémonos de los paradigmas, y enseñemos a vivir una vida sexual plena.