Veinte mil obras de autores mexicanos, 25% en español, fueron vendidas en el 29º Salón del Libro de París, que ayer cerró sus puertas y tuvo a México como invitado de honor.
Protagonista de la edición de este año, la literatura mexicana tuvo un gran éxito. «Para la conferencia de Carlos Fuentes, si hubiéramos tenido el Palacio de Deportes, lo hubiéramos llenado», afirmó el Sindicato Nacional francés de la Edición (SNE), que organiza el evento.
Ayer mismo, la Cinemateca Francesa tomó el relevo de la presencia cultural mexicana en París, con la inauguración de un ciclo de cine dedicado a «La literatura francesa en el cine mexicano», que fue inaugurado en presencia de Carlos Fuentes, del cineasta Alejandro González Iñárritu y de Costa Gavras, presidente de la institución.
El Salón, que se realizó del 13 al 18 de marzo en el parque de exposiciones de la Puerta de Versalles de París, recibió a 198.150 visitantes en seis días, es decir «20% más que 2008», según cifras del SNE.
Se invirtió así la tendencia de la edición precedente, cuando la frecuentación registró una baja de ocho por ciento, con sólo 165 mil entradas.
Según el SNE, la cifra de ventas de libros en los stands registró también una fuerte progresión, «de 20 a 40 por ciento» con respecto al año pasado.
«En un entorno económico difícil, el Salón del Libro 2009 volvió a poner al libro en el centro de las pasiones de los franceses», gracias «a una comunicación dirigida a las familias y a los jóvenes y un programa cultural de calidad destinado a los lectores», afirma la organización.
«La profesión demostró que cuando hay una buena propuesta, un buen discurso y que se dirige a un público popular, éste responde presente», recalca un directivo del SNE.
En efecto, el objetivo de los organizadores era diversificar el público, a imagen de lo que hace la producción editorial. Con un tiempo de visita medio de seis horas, los visitantes pudieron celebrar los 20 años del manga, género de cómic japonés, descubrir el libro numérico y dialogar con los autores presentes sobre temas de actualidad.
El optimismo que muestran los organizadores se funda en los resultados del mercado del libro francés que, a su vez, resiste hasta ahora a la crisis, con una facturación estable con respecto al año pasado, de unos 4 mil millones de euros.
El Salón «ha reforzado asimismo su oferta profesional» y constituido una «plataforma de intercambios y de comercio indispensable a cualquier profesión», señalan.
En 2010, en ocasión del 30 aniversario del evento, el Salón del Libro de París no tendrá un país invitado, como lo tiene tradicionalmente, y honrará a los escritores, sean éstos franceses o extranjeros.