San Clemente Hofbauer


A los siete años muere su padre. Después del funeral, la mamá le presenta un crucifijo y le dice: «Jesucristo será tu padre. Debes tener mucho cuidado para no ofenderlo con pecados».


A los 30 años un dí­a ve que dos señoras en pleno aguacero están necesitando una carroza para dirigirse a su casa, y él se ofrece para ir a conseguirla. Y este favor muy oportuno lo llevó a realizar el deseo de su corazón, pues las dos señoras que eran muy ricas, al saber que él deseaba ser sacerdote, pero que no tení­a con qué costearse los estudios, se encargaron de correr ellas con los gastos de su seminario. Y así­ a los 34 años llegó al sacerdocio.

Enseguida se fue a Roma y allá supo que habí­a una comunidad religiosa recién fundada y sumamente fervorosa: los Padres Redentoristas. Pidió ser admitido allí­, y el mismo fundador, San Alfonso de Ligorio, lo recibió muy gozoso. Y sucederá que más tarde a San Clemente lo llamarán «El segundo Fundador de los Redentoristas», porque será él quien extenderá esa Congregación por el norte de Europa.