Por sexto día consecutivo, miles de partidarios de la oposición libanesa dirigida por el Hezbolá chiíta acampaban hoy en Beirut, decididos a hacer caer al gobierno de Fuad Siniora, mientras las mediaciones se multiplicaban sin éxito para intentar reanudar el diálogo.
Los manifestantes pasaron una nueva noche en el campamento instalado bajo las ventanas del palacio del gobierno, rodeado por cordones de soldados, haciendo frente simbólicamente al primer ministro Fuad Siniora.
Este último, instalado en el edificio con una parte de su equipo, recibió en los últimos días el renovado apoyo de numerosas capitales occidentales y árabes.
En este contexto de bloqueo total, los enfrentamientos que se produjeron al margen de las manifestaciones, que causaron un muerto y unos 15 heridos el domingo y el lunes, habían hecho temer un nuevo ciclo de violencia entre las comunidades libanesas.
Ningún nuevo incidente fue señalado anoche en la capital, donde se observaba un imponente dispositivo militar.
La coalición de la oposición, que reúne a los dos partido chiítas pro sirios, el Hezbolá y el Amal, además de la Corriente Patriótica Libre (CPL, del general Michel Aoun) y dos partidos pro sirios, llamó a las organizaciones sindicales a unirse hoy a las manifestaciones en el centro de la ciudad.
La más poderosa organización sindical, la Confederación general de Trabajadores del Líbano (CGTL) está controlada por los partidos de la oposición.
El presidente del Parlamento, Nabih Berri, una influyente personalidad chiíta perteneciente a la oposición pro siria, lanzó hoy un nuevo llamamiento a la calma, pero prometió que la oposición no cederá.
«La mayoría tiene ahora la palabra. Si algunos no han sacado las lecciones de las pasadas discordias en el Líbano y quieren llevar al país a lo que era antes, deben asumir la responsabilidad», declaró.
De su lado, el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa, estimó ayer en El Cairo que había «una luz de esperanza» para una solución a la crisis en Líbano.
Mussa indicó que las propuestas que sometió a los responsables políticos libaneses fueron «recibidas generalmente en forma favorable».
Esas ideas «se refieren al tribunal internacional, la formación del gobierno y la celebración de la conferencia París III para apoyar económicamente a Líbano», agregó.
Una conferencia de donantes, la tercera desde 2001, está prevista en París a fines de enero para obtener fondos para Líbano.