Cumbre centrada en reforma de sistema financiero


La Unión Europea (UE) celebra mañana y el viernes en Bruselas una nueva cumbre centrada en la crisis económica con el objetivo de estrechar filas de cara a la próxima cita del G20 en Londres, en la que pretenden aprobar una reforma del sistema financiero mundial.


En su carta de invitación, la presidencia checa de la UE convoca a los jefes de Estado y de gobierno del bloque a «discutir más en detalle la preparación de la reunión del G20» del 2 de abril en Londres, «para la cual se requiere una fuerte posición europea».

En su cumbre de Bruselas, la UE deberí­a reclamar «reglamentar mejor los mercados» e instar a «continuar la coordinación, a nivel internacional, de medidas de impulso presupuestario», aunque subraya también la necesidad de «aplicar rápidamente los programas previstos», según un proyecto de declaración final.

La trascendencia del encuentro de esta semana quedó demostrada el lunes con la carta conjunta enviada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, a los responsables europeos, en la que se dicen «decididos a obtener resultados concretos» en la cumbre del G20.

Estos resultados deben apuntar a «reforzar la regulación financiera internacional», señalaron Sarkozy y Merkel, que quieren controlar a los «hedge funds» (fondos especulativos) y crear un mecanismo de sanciones efectivo contra los riesgos que plantean las «jurisdicciones no cooperativas», es decir los paraí­sos fiscales.

Mientras Europa ve en esta nueva arquitectura financiera mundial el eje de la cumbre del G20 de paí­ses industrializados y potencias emergentes, Estados Unidos prefiere poner el acento en la necesidad de comprometerse a nuevos planes de impulso económico para salir de la crisis.

La UE, hasta ahora, se ha mostrado más bien reticente a gastar más dinero público con ese fin.

«Creo que es al menos imprudente empezar a hablar de otros planes antes de comenzar a ejecutar el nuestro», dijo ayer el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

La Comisión Europea (ejecutivo de la UE) ha defendido en las últimas semanas las medidas adoptadas por los paí­ses de la UE para enfrentar la crisis; esos paquetes tienen un monto de 400 mil millones de euros (unos 520 mil millones de dólares), es decir el 3,3% de su Producto Interior Bruto (PIB) de los 27.

Esta cifra es sensiblemente inferior al esfuerzo efectuado por Estados Unidos, que lanzó en febrero un plan de impulso económico de 787 mil millones de dólares, lo que representa el 5,5% de su PIB.

De todos modos, esta posición europea podrí­a cambiar si la situación siguiera degradándose.

El Comité Económico y Social Europeo, que reúne a representantes del empresariado y los sindicatos, advirtió ayer del carácter «explosivo» del alza del desempleo e instó a los lí­deres de la UE a actuar.

Si esta cuestión será sin dudas evocada mañana y el viernes, la presidencia checa ya ha convocado a una cumbre especial sobre el empleo en mayo próximo en Praga.

Finalmente, la UE podrí­a decidir aumentar el paquete de préstamos de emergencia para los paí­ses del bloque que no pertenecen a la Eurozona y que enfrentan grabes problemas financieros, como Hungrí­a y Letonia.

La UE ya habí­a decidido en diciembre duplicar, de 12 mil a 25 mil millones de euros, los fondos destinados a esos préstamos de emergencia para sus miembros fuera de la Eurozona, en su mayorí­a paí­ses ex comunistas bajo gran presión financiera.