Mini-dinosaurios carnívoros que vivían en Norteamérica hace 75 millones de años son la prueba fósil del más pequeño espécimen de estos animales que se haya descubierto hasta el momento, según trabajos publicados en Estados Unidos por paleontólogos canadienses.
Este primo enano del Velocirraptor, que tenía la mitad del tamaño que tiene un gato hoy día, fue bautizado «Hesperonychus elisabethee». Su descubrimiento revela la diversidad de los predadores prehistóricos, explican los científicos.
«El Hesperonychus es hasta ahora el dinosaurio más pequeño conocido en Norteamérica», afirma Nick Longrich, investigador en paleontología del departamento de biología de la Universidad de Calgary en Canadá y coautor del trabajo publicado en los Anales de la Academia Nacional Americana de las Ciencias (PNAS) con fecha de 16 de marzo.
Este pequeño dinosaurio de dos kilogramos y 50 cm de altura cazaba insectos, pequeños mamíferos, batracios y tal vez dinosaurios bebés, suponen los paleontólogos.
El Hesperonychus debía pasar la mayor parte del tiempo en el suelo en busca de sus presas a través de los pantanos y bosques que caracterizaban el medio ambiente de este período de fin del Cretáceo, explica Philip Currie, paleontólogo de la Universidad de Alberta y coautor del estudio.
«Este descubrimiento pone de manifiesto cuán limitados son nuestros conocimientos y abre la posibilidad de que hayan existido dinosaurios aún más pequeños», destaca Nick Longrich en un comunicado.
«Los dinosaurios carnívoros pequeños parecían estar ausentes del hábitat norteamericano de aquella época, lo que era extraño porque actualmente los pequeños carnívoros son más numerosos que los grandes», señala.
«Por tanto, todo indica que los pequeños dinosaurios se hallaban muy bien en Norteamérica y tenían un papel más importante en el ecosistema de lo que pensábamos», prosigue Longrich.
Los huesos fosilizados del Hesperonychus fueron hallados en 1982 en diversos lugares en Canadá, entre ellos el «Dinosaur Provincial Park» de las zonas desérticas de la provincia de Alberta (oeste).
El espécimen más importante, una pelvis fosilizada bien preservada, fue hallado por la fallecida paleontóloga Elizabeth Nicholls, quien dio su nombre a esta nueva especie.
Los fósiles de huesos de Hesperonychus quedaron archivados durante 25 años antes de que fueran objeto de la investigación que arrancó cuando Longrich los examinó en 2007 en la Universidad de Alberta.
Un equipo noruego descubrió en una misión en el océano írtico restos fosilizados de un pliosaurio que era un terrible reptil marino de 15 metros de largo y 45 toneladas de peso, informó el martes el Museo de Historia Natural de Oslo.
Los restos de ese monstruo marino, apodado «Predador X» o «tiranosaurio de los mares» hasta que se le de un nombre científico, fueron exhumados en julio de 2008 en el archipiélago noruego de las Svalbard, a unos mil kilómetros del Polo Norte, frente a las costas de Noruega. El «Predador X» vivió hace 150 millones de años, cuando las Svalbard estaban sumergidas.
Tenía un aspecto gigantesco, con cuatro extremidades como aletas y una cabeza parecida a la de un cocodrilo. Su mandíbula, cuatro veces más potente que la de un tiranosaurio con una fuerza estimada de 16 toneladas, tenía dientes de 30 centímetros de largo. «Su anatomía y su estrategia de caza lo convierten en el predador absoluto, el animal más peligroso de todos los mares», comentó el Museo en un comunicado.
Un responsable del equipo que descubrió los restos contó a la AFP que se han necesitado meses para unir todos los trozos de hueso y reconstruir ese animal en un tamaño gigantesco. «Incluso pudo haber animales de esta especie mayores pero aún no han sido descubiertos», añadió Joern Hurum, para quien el animal es diferente de otros pliosaurios.