El próximo presidente de El Salvador que salga de las urnas mañana, independientemente de su credo político, tendrá que gobernar sin mayoría en un Congreso fragmentado en medio de una crisis económica que comenzó a hacer mella en la liberal economía salvadoreña.
Las encuestas vaticinan un resultado muy ajustado en la elección presidencial entre el ex director de la Policía Rodrigo ívila, de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha), y el periodista Mauricio Funes, de la ex guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda).
«Cualquiera puede ganar, el asunto es si va a poder hacer gobernable el país», dijo a la AFP el analista de derecha y ex director de la Asociación Nacional de la Empresa Privada, Juan Héctor Vidal.
En el futuro Congreso, de 84 escaños, que se instalará el 1 de mayo, el FMLN tendrá 35 diputados y Arena 32, por lo que ambos serán claves en las decisiones de mayoría calificada, aunque tres partidos de derecha tendrían una mayoría simple de 43 votos, correlación que podría cambiar el FMLN con eventuales alianzas.
El fantasma de la crisis, según Vidal, va a requerir «sacrificios de todos los sectores para lograr beneficios del interés colectivo y eso sólo se puede lograr con entendimientos amplios».
«Si no hay gobernabilidad, este país se puede encaminar a un desasosiego social importante, es decir profundo», advirtió.
Para Carlos Acevedo, consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el nuevo mandatario se encontrará «con una situación interna extremadamente complicada, con unas finanzas públicas débiles para todos los desafíos que va a involucrar administrar la crisis».
«Gane quien gane, la mitad de la gestión (presidencial de cinco años) se la va a pasar administrando la crisis simplemente, y con suerte la segunda mitad se comenzaría a salir de la crisis», sostuvo.
En el caso que la derecha gane la presidencia, Acevedo asegura que ésta tendrá que hacer frente a «pleitos internos serios» para determinar quién conduciría la gestión económica, dado el choque de visiones que hay entre el candidato a la vicepresidencia, Arturo Zablah, y el equipo que elaboró el plan de gobierno encabezado por el ex embajador en Washington, René León.
Una victoria de Funes también podría encontrarse con el rechazo de sectores empresariales de la ultraderecha y de la «ortodoxia radical» del FMLN, que sin duda van a reclamar cuotas de poder.
«Mauricio Funes tendrá mucha presión de la derecha más ideológica, con unos empresarios que van a conciliar y otros que se opondrán a medidas que consideren demasiado estatistas o demasiado cargadas a sectores sociales más necesitados», señaló Medrano.
Medrano cree que si Funes logra integrar en su gobierno al grupo de intelectuales, políticos y empresarios que le siguen, éste tendría un estilo similar al del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, con «realismo democrático».
En un eventual gobierno de Funes, según Acevedo, el FMLN debe adoptar una «actitud pragmática» por cuanto le conviene realizar una «buena gestión» para ganar una siguiente elección, pero si se conducen «por una vía que genera descalabros, se corre el riesgo de que siga la derecha por otros 50 años», advirtió.
Con una credibilidad y popularidad ganadas durante años en el periodismo televisivo, Carlos Mauricio Funes ha logrado que la ex guerrilla izquierdista salvadoreña pueda soñar con llegar al poder en un país casi siempre gobernado por la derecha.
Este egresado de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) de 49 años, se ganó la admiración de los televidentes por someter a implacables interrogatorios ante las cámaras a funcionarios de gobierno, dirigentes políticos y personajes de la vida nacional.
Nacido el 18 de octubre de 1959, el candidato presidencial está casado en segundas nupcias con la brasileña Wanda Pignato, representante del Partido de los Trabajadores de Brasil para Centroamérica, y es padre de cinco hijos.
Uno de ellos, Alejandro (27), fue asesinado en París el 10 de octubre de 2007 cuando estudiaba fotografía.
Con apenas 16 años, tras completar la secundaria, Funes se convirtió en maestro de letras durante cinco años, antes de iniciar sus estudios de Licenciatura en Letras, con especialidad en Medios de comunicación social, en la (UCA), aunque no culminó su proceso de graduación.
En 1994 fue galardonado con el famoso premio María Moors Cabot que otorga la Universidad de Columbia, para los mejores reportajes sobre América Latina, por sus investigaciones durante una década.
Funes comenzó su carrera periodística en febrero de 1986 en el canal 10 de la televisión nacional y en marzo de 1987 pasó al Canal 12, donde durante 14 años dirigió la «Entrevista al día». También fue director de los servicios informativos de la televisora.
Entre junio de 1991 y septiembre de 2007 se desempeñó como corresponsal de la cadena norteamericana CNN en Español.
En el marco de la guerra civil (1980-1992), Funes, en un desafío al estado de sitio, entrevistó a los dirigentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda), su actual partido.
Durante el conflicto armado, Funes lamentó la muerte de su hermano mayor Roberto, un dirigente estudiantil que fue asesinado por la Policía Nacional (ya desaparecida por ley) el 14 de agosto de 1980.
En marzo de 2003, tras el triunfo de la izquierda en los comicios legislativos, fue sacado del aire el programa de opinión «Sin Censura», que también dirigía Funes y de forma inesperada, en febrero de 2005, fue cesado de su cargo de director de noticias de Canal 12.
El comunicador se desempeñó igualmente como director del Centro Video de la UCA, donde recibió reconocimientos por sus trabajos de investigación.
El 28 de septiembre de 2007, luego de 21 años de ejercer el periodismo, Funes se despidió de sus televidentes para aceptar la candidatura presidencial del FMLN.
Apodado durante la primaria como «el pajarito», Funes, autodefinido como un hombre de «pensamiento de izquierda», según las encuestas tiene la posibilidad real de volar hacia la presidencia en las elecciones del domingo.
Conocido como Atila cuando era director de la Policía Nacional Civil (PNC), Rodrigo ívila, formado en Estados Unidos, es un ingeniero industrial de 44 años que busca mantener a la derecha en el poder en El Salvador.
Este hombre que se presenta bajo los colores azul, rojo y blanco de la gobernante Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha), es una persona carismática, accesible y difícil de enojar pese a que a su paso por la Policía impulsó con mano dura el combate a la delincuencia y las pandillas.
Nacido el 25 de junio de 1964 en San Salvador, está casado en segundas nupcias con Celina de ívila, con quien tiene tres hijas.
El aspirante de la derecha a la presidencia de El Salvador estudió en la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.) ingeniería y también posee un título de administración y matemáticas en Gainesville College, Georgia, además de ser graduado de la Academia Nacional del Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Su vida profesional la ha desarrollado tanto en el sector privado como en el público. Entre 1988 y 1994 trabajó para la ESSO Standard Oil-El Salvador, antes de dirigir por primera vez la Policía (1994-99), que volvería a comandar del 2006 al 2008, en el actual gobierno de Antonio Saca.
Durante la guerra civil (1980-1992) de El Salvador, ívila formó parte de las paramilitares Defensas Civiles Patrióticas que operaron en la capital bajo el mando de la Primera Brigada de Infantería entre 1988-1989, y que por orden del extinto ex presidente Napoleón Duarte, fueron disueltas.
En mayo de 2000 dio el salto a la política como diputado, y se convirtió en subjefe de la fracción de su partido en la Asamblea Legislativa.
Además fue consultor internacional en el área de seguridad pública y miembro del consejo asesor de misiones de paz policiales del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Como jefe policial, no dudó en utilizar la mano dura para combatir la violencia generada por las pandillas y delincuentes, que dejan un promedio de 12 homicidios y centenares de asaltos a mano armada diariamente.
ívila también fue jefe de la Comisión de jefes de policía para Centroamérica y el Caribe y contacto nacional en el Comité Interamericano Contra el Terrorismo CICTE-OEA. Entre 1997-1998 fue presidente de la Fundación para la Paz en El Salvador (FUNDAPAZ).
El aspirante presidencial se ha desempeñado como viceministro de Seguridad Ciudadana (2004-2005) y en su partido fue miembro de la directiva de los sectores profesional y municipal.
Tras ganar las primarias de su partido en marzo de 2008, el ex jefe policial recibió la presidencia de Arena.
ívila, que lleva como compañero de fórmula al empresario y ex ministro de Economía Arturo Zablah (55), deberá medirse al candidato de la ex guerrilla Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el periodista Mauricio Funes, con quien está empatado, según las encuestas.