El Salón del Libro de París abrirá sus puertas al público mañana con los colores de México, invitado de honor de esta edición, que contará con la presencia de cerca de 40 escritores mexicanos, desde el más célebre, Carlos Fuentes, hasta autores de lengua maya, como la poeta Briceida Cuevas Cob.
Como preámbulo y ya antes de la inauguración, prevista hoy por la noche, Carlos Fuentes daba el miércoles una conferencia sobre la novela latinoamericana en la Biblioteca Nacional de Francia.
El pabellón mexicano del Salón, un espacio de mil metros cuadrados diseñado por el arquitecto Bernardo Gómez Pimienta y titulado «Mosaico de diversidad», permitirá un viaje completo por las letras mexicanas, desde los escritores más célebres hasta los jóvenes talentos, y la industria editorial del país.
Fernando del Paso, Jorge Volpi, Elena Poniatowska, Paco Ignacio Taibo II, Gonzalo Celorio, Vicente Leñero, Jordi Soler, Fabricio Mejía Madrid, Guadalupe Nettel e Ignacio Padilla son algunos de los escritores que estarán presentes en el Salón.
«Es una representación de la variedad de nuestras letras, que son el corazón de nuestra cultura», señala Mónica González Dillon, directora de promoción del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) de México, recalcando que «uno de cada cuatro hispanohablantes del mundo es mexicano».
En cuanto a la representación de las lenguas indígenas, aunque sólo dos escritores, los poetas Briceidas Cuevas Cob (de lengua maya) y Juan Gregorio Regino (de lengua mazateca), integran la delegación mexicana, González Dillon señala la calidad de ambos y recuerda que las más de 60 lenguas indígenas de México tienen esencialmente una literatura de tradición oral.
Cuevas Cob y Regino tendrán los honores de una presentación especial en el Museo del Quai Branly.
En el pabellón estarán representadas las principales editoriales de México, pero albergará también una exposición de objetos-libros creados por artistas mexicanos y un espacio dedicado a los encuentros de los escritores con el público.
Otro espacio del Salón, el Club de la Juventud, se vestirá asimismo con los colores de México. El espacio, dedicado a los jóvenes lectores y diseñado también por Gómez Pimienta, propondrá una exposición de obras de jóvenes dibujantes mexicanos y un taller dedicado a la literatura de México.
Los diversos espacios de animación del Salón (Plaza de los libros, salas de conferencia, Lector Estudio, etc.) resaltarán también la cultura y el sentido festivo de los mexicanos.
Los organizadores prometen un «concentrado de cultura mexicana», «reflejo de una nación llena de vida y alegre, en la que existe una larga y profunda tradición cultural», pero que es al mismo tiempo «un país en constante renovación».
Alrededor del Salón del Libro, se han programado diversas exposiciones de arte y ciclos de cine.
«La idea es dar a conocer el México actual, un país contemporáneo y universal, pero que no reniega de su tradición, sus raíces, sus colores ni sus sabores», resume Mónica González Dillon.
El Salón del Libro de París es una de las mayores manifestaciones culturales europeas abiertas al público y recibe cada año unos 1.200 editores, 3.000 autores y cerca de 180.000 visitantes.
México, país invitado del Salón del Libro de París 2009, tiene una gran tradición literaria y sus escritores, de todas las generaciones, han hecho obra explorando en forma incesante la identidad nacional y las zonas oscuras de la vida política.
Escrita en la lengua de los conquistadores españoles, la literatura mexicana ha tratado casi desde sus inicios la cuestión del poder y ha criticado y denunciado una sociedad a menudo violenta y corrupta, en contacto inmediato con Estados Unidos y la cultura norteamericana.
Al principio hubo los libros escritos por religiosos como el español Bartolomé de Las Casas (1474-1566) , que denunció en forma virulenta la brutal opresión de los indios por los conquistadores, o los poemas de Juana Inés de la Cruz (1651-1695) , pero la literatura moderna de Mexico nació con la independencia (1821) y la Revolución (1910-1920) .
Hubo sin embargo que esperar los años 1950 y la aparición de dos gigantes de las letras mexicanas, el novelista Carlos Fuentes y el poeta Octavio Paz, para que éstas alcanzaran fama internacional.
Paz, Premio Nobel 1990, murió en 1998, pero Fuentes, que asistirá al Salón de París, sigue siendo, con sus 80 años, la referencia de México y uno de los grandes escritores contemporáneos.
La vida de Carlos Fuentes, autor de libros ambiciosos como «La región más transparente» (1958) , «La muerte de Artemio Cruz» (1962) , «Los años con Laura Díaz» (1999) o la reciente «La libertad y la fortuna», se funde con la de su país. Escritor y diplomático al comienzo, incansable activista luego, inclinado a la izquierda, desde hace más de 50 años escribe, polemiza y denuncia los excesos de la sociedad mexicana.
Una generación de escritores ha seguido la huella de estos gigantes, entre ellos algunos que estarán presentes en París: Enrique Serna («Cuando sea rey») , José Agustín («Noticias de México») , que representó en los años 1970 a la generación del rock y la protesta. En cuanto a Paco Ignacio Taibo II («Pancho Villa», «La vida misma») , es quien ha dado a la novela negra mexicana una estatura internacional.
El movimiento se aceleró en la década de 1980, con el endurecimiento de la sociedad, los abusos y la malversación de fondos, así como con la evolución política que condujo, en 2000, a la derrota electoral del PRI, el partido que había gobernado desde fines de la Revolución.
«En este contexto se escuchan nuevas voces, que hablan de la angustia de una generación que sólo tiene el humor y una fría lucidez para enfrentar una realidad cruel y sin esperanzas», escribe Philippe Ollé-Laprune, autor de una antología de la literatura mexicana en la revista parisina Livres Hebdo.
Si bien una nueva literatura ha aparecido en el norte del país, marcada por la proximidad de Estados Unidos, la violencia de las relaciones sociales y la difícil situación de los inmigrantes ilegales, Ciudad de Mexico sigue siendo, sin embargo, con sus 23 millones de habitantes, un tema recurrente de la novela mexicana.
Jorge Volpi, de 41 años y ex agregado cultural en París, autor de «El jardín devastado», pertenece a una generación más joven de escritores, que quieren sacar a la novela de un marco estrictamente nacional. A su vez, Jordi Soler, de 46 años, cuenta en sus libros «Los rojos de ultramar»y «La última hora del último día»la esperanza y desilusión de los inmigrantes catalanes.
En suma, una rica y variada literatura, en sintonía con la sociedad y la historia, con los sueños del pasado y las dudas de la era moderna.