Según expertos de la ONU sobre Cambio Climático, sólo quedan 10 años para que entre todos los habitantes de la Tierra podamos frenar la catástrofe ambiental y climática que se avecina, sobre todo si ponemos en práctica consejos relacionados con el agua, la basura, los alimentos, la energía, el transporte y la educación.
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Como es una responsabilidad de todos, no sólo de gobernantes y empresarios, se formularon sencillas, pero fundamentales recomendaciones que  resumiré. En lo que concierne al consumo de agua, cuando se bañe, cierre la llave de la ducha mientras se enjabona; no deje abierta la llave cuando se lava los dientes o se afeita; no lave los alimentos con la llave abierta, sino que utilice recipientes, para utilizarla en el riego de plantas; utilice la lavadora sólo cuando esté completamente llena.
 Asimismo, no arroje al inodoro papeles, compresas y otra clase de basura. Repare inmediatamente las fugas, porque 10 gotas por minuto equivalen a dos mil litros de agua desperdiciados en un año; reutilice parte del agua que usa en su lavadora, porque podría servir para los baños, limpiar pisos y otros menesteres; no tire aceite por los fregaderos porque flota sobre el agua y es muy difícil de eliminar; no arroje basura al mar, ríos y lagos; el agua para cocer alimentos se puede usar para regar las plantas; si va a regar su jardín hágalo durante la última hora de la tarde, a fin de evitar la evaporación, y no use manguera para lavar su vehículo.
 El gel, el champú y los detergentes son contaminantes, de manera que hay que usarlos con moderación y de ser posible optar por productos ecológicos. No olvide plantar por lo menos un árbol en su vida.
 Al recuperar cajas de cartón o envases que también son hechos con papel, contribuye a que se talen menos árboles, encargados de capturar metano y de purificar el aire. Al reutilizar 100 kilogramos de papel se salva la vida de al menos 7 árboles.
 No derroche servilletas, pañuelos y papel higiénico; escriba en las dos páginas de las hojas de papel; utilice envases de vidrio en vez de plástico, tetrapack y aluminio. Hay empresas dedicadas a la compra de materiales reciclables, como papel periódico, libros y revistas viejas.
Disminuya el consumo de carnes rojas, toda vez que la cría de vacas contribuye al calentamiento global, la tala de árboles y disminución del caudal de los ríos. No consuma alimentos en lata porque los productos enlatados consumen muchos recursos y energía; no consuma carnes de animales como tortugas e iguanas, pero sí más frutas y verduras, y no compre pescados pequeños para consumir.
 Use agua caliente sólo en caso indispensable y la necesaria. Conecte el calentador sólo dos horas al día. Mejor si se baña en agua fría: es más saludable. Evite usar en exceso la plancha, el calentador de agua y la lavadora, que gastan mucha energía y agotan los recursos para generarla, lo que conduce a que muchos países se vean en la necesidad de usar petróleo, carbón o gas para copar la oferta energética, combustibles que generan gases como el dióxido de carbono, que suben la temperatura
 Apague la TV, la radio, luces y computador si no los está usando. En su lugar de trabajo apague las luces de zonas comunes poco utilizables; modere el consumo de latas de aluminio.
No viaje solo a su trabajo, mejor organice traslados en grupos; utilice la bicicleta en la medida de lo posible; infle bien las llantas de su vehículo; opte por un vehículo pequeño, porque los grandes consumen más combustible; revise la emisión de gases de su vehículo; no acelere cuando su automóvil no esté en marcha; disminuya el uso de aire acondicionado, pues reduce la potencia del motor y aumenta el consumo de gasolina; modere su velocidad, y en carreteras no sobrepase los 110 kilómetros por hora; no cargue innecesariamente su vehículo con mucho peso, porque a mayor carga mayor consumo de combustible.
 (El hijo de Romualdo les cuenta a sus compañeritos la historia de Jonás y la ballena. La antiambientalista maestra escucha y asegura que es imposible que eso suceda. El niño agrega: -Cuando llegue al cielo se lo voy a preguntar a Jonás. La profesora replica: -¿Y qué pasa si Jonás se fue al infierno? El chico repone: -Entonces le tocará preguntarle a usted).