¿Por qué se apagaron los bombillos ahorradores?


En medio de todo el alboroto que se armó alrededor de la visita del presidente Colom a Cuba se publicó una entrevista con el Embajador de ese paí­s en Guatemala en la que detalló algunos de los acuerdos verbales que se alcanzaron en la isla y de ellos me pareció de gran importancia el suministro de bombillos ahorradores para sustituir a los que tradicionalmente usamos en Guatemala, siguiendo el ejemplo cubano y de otros paí­ses en donde se ha logrado una drástica reducción del consumo eléctrico, que en nuestro caso se traduce en reducción del consumo de combustibles fósiles, gracias a masiva implementación de campañas para sustituir las lámparas incandescentes con la nueva tecnologí­a.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Hace muchos meses que los cubanos habí­an planteado a Guatemala un aporte en la implementación de un programa así­, pero nuestra burocracia le fue dando largas al asunto. El viaje del presidente a Cuba volvió a colocar el tema en la agenda y el Ministerio de Energí­a y Minas tení­a que coordinar la adquisición de las bombillas y la llegada de expertos que conocen la logí­stica de la sustitución como se ha implementado ya en varios paí­ses.

El tiempo ha transcurrido y al dí­a de hoy no se ha movido un dedo más allá de lo que se hizo antes del viaje del ingeniero Colom a Cuba, no obstante que hasta se consiguió una lí­nea de crédito para la compra de bombillas, lo que se podrí­a pagar muy fácilmente con el ahorro que para el paí­s significarí­a implementar un programa que nos permita usar en forma más racional e inteligente la energí­a eléctrica.

Es cierto que nuestras autoridades no se distinguen por la eficiencia ni, mucho menos, por el correcto seguimiento de las decisiones polí­ticas que generalmente se van quedando engavetadas porque si el Presidente no está sobre todas las cosas, no hay verdadero interés por moverlas. Es más, previo al viaje a Cuba ni siquiera se tomaron la molestia de preparar la firma de acuerdos bilaterales como hacen todos los paí­ses del mundo y luego la Cancillerí­a se excusó diciendo que con Cuba eso no es tradición, sin decir que es por el lado de Guatemala que no estamos acostumbrados a preparar adecuadamente una visita de Estado porque todos los otros mandatarios que llegaron a Cuba lograron firmar acuerdos importantes.

Conociendo a los chapines, los cubanos hicieron acuerdos verbales y entre ellos está el de los bombillos, pero ni siquiera por la ventaja que tiene para el paí­s se avanza. Eso hace que uno se pregunte si en el fondo no será que nuestro gobierno quedó resentido por el hecho de que el presidente no fuera recibido por Fidel Castro como lo hubiera deseado la pareja gobernante de Guatemala. Y a lo mejor se enfrió el entusiasmo para implementar polí­ticas tan importantes como esa o la que tiene que ver con la alfabetización. El tiempo dirá si es así­ o si simplemente ha sido uno de los ancestrales descuidos de nuestra burocracia que no se sabe ocupar de las cosas importantes.