Dos empresas japonesas anunciaron hoy la elaboración de un concreto en el cual se integran etiquetas electrónicas con informaciones sobre la capacidad de la construcción para soportar los terremotos.
Este concreto inteligente, destinado a verificar el grado de resistencia de los edificios en un país que sufre regularmente violentos terremotos, es obra del fabricante Sumitomo Osaka Cement y del laboratorio de investigaciones informáticas YRP.
Al poner en contacto un lector de etiquetas electrónicas (tag RFID) del tipo ucode concebido por YRP con un edificio construído con el concreto con neuronas electrónicas de Sumitomo Osaka Cement, las informaciones contenidas en la etiqueta son leídas y enunciadas en voz alta por el lector electrónico.
Las características del concreto dependen de los componentes y de la manera en que son mezclados, explicó Sumitomo Osaka Cement.
Para conocer la calidad y el grado parasísmico procedemos a pruebas técnicas cuyos resultados hasta ahora eran anotados a mano por un ingeniero, explicó la empresa.
Con el nuevo sistema, los datos son directamente grabados en las etiquetas electrónicas, lo que evita los errores y los fraudes, agregó.
En las etiquetas están registrados los diversos criterios de calidad del concreto, como la composición precisa, la fecha, el lugar y la manera como ha sido fabricado.
Se trata de una herramienta para seguir la historia del concreto, explicó YRP.
El empleo de este concreto inteligente en las construcciones permitirá a las autoridades controlar más fácilmente el respeto de las normas parasísmicas y administrar más fácilmente los bancos de datos relativos, según YRP.
El laboratorio desea crear en el futuro un verdadero sistema para trazar la historia de las construcciones y dar a todos los ciudadanos la posibilidad de verificar ellos mismos (con su teléfono celular, por ejemplo) las informaciones sobre la calidad de sus casas.
Recientes escándalos de falsificaciones de datos parasísmicos de inmuebles conmocionaron a la opinión pública de Japón, donde cada año se registran 20% de los terremotos más violentos del mundo.