El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, autorizará hoy el financiamiento estatal de la investigación sobre las células madre de origen embrionario, prohibida por George W. Bush durante ocho años, un cambio que alegra a investigadores pero preocupa a conservadores.


Conforme a sus promesas electorales, Obama firmará durante una ceremonia en la Casa Blanca un decreto que suspende la política de su predecesor en materia de bioética, indicó el gobierno.
Desde el 9 de agosto de 2001, está prohibido el financiamiento estatal de la investigación sobre estas células obtenidas a partir de embriones humanos. De no ser a través de fondos privados, los investigadores no pudieron producir nuevas células madre.
Pero estas células tienen un potencial enorme para curar o tratar enfermedades. Puesto que están en el origen de todas las demás células, los científicos piensan poder transformarlas en cualquiera de las células del cuerpo, para remplazar células dañadas o enfermas y permitir la reconstitución de tejidos o de órganos.
Constituyen así la mejor esperanza de la medicina regeneradora para las patologías como la diabetes, la enfermedad de Parkinson o la parálisis de quienes vieron dañada su médula espinal.
Pero esta investigación es controvertida, porque hay que destruir embriones humanos en los primeros días de su desarrollo para extraer células pluripotentes embrionarias. Los conservadores religiosos consideran eso como un homicidio.
Los embriones utilizados son blastocitos supernumerarios dejados por las parejas en las clínicas donde se practicaron una fecundación in vitro.
La comunidad científica, que mostró su preocupación con frecuencia sobre el hecho de que la investigación estadounidense, privada de cientos de millones de dólares de fondos públicos, se había atrasado en el área, ya saludó con entusiasmo y alivio el cambio de política.
«El presidente Obama separa los fondos para la investigación de la política y de la ideología», declaró Irving Weissman, director del Instituto de biología de células madre y de medicina regeneradora de Stanford, que agrupa varios laboratorios que siguieron trabajando en los últimos años, entre otros gracias a los fondos del estado de California.
«No estaba dentro de la tradición de los estadounidenses prohibir, por motivos ideológicos, un tipo de investigación biomédica que mostrara tantas expectativas para entender y curar las enfermedades», señaló el científico.
La fundación Christopher y Dana Reeve, creada por el actor que quedó paralítico luego de caer de un caballo y falleció hace cuatro años, también se alegró por el decreto.
«Al separar la política de la ciencia, el presidente Obama liberó a los investigadores que explorarán estas admirables células madre, aprenderán de ellas y desarrollarán posibles terapias eficientes», indicó en su sitio web el presidente de la asociación, Peter Wilderotter.
En las filas conservadoras religiosas, la iniciativa es tildada de «decreto homicida». «Esta noticia (…) es una bofetada en el rostro de los estadounidenses que creen en la dignidad de la vida humana», dijo Tony Perkins, presidente la organización conservadora Family Research Council.
El jefe de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, deploró el viernes que «el dinero de los contribuyentes (…) sirva para destruir vidas humanas inocentes».
Irving Weissman
Director del Instituto de biología de células madre y de medicina regeneradora de Stanford