«Prevenir es mejor que lamentar». Un refrán sabio pero que puede tener sus costos, tanto éticos, morales y hasta legales. Por eso el que previene no se lleva las palmas, porque nadie sabe si en realidad se evitó algo que tuviéramos que lamentar.
La primera razón es que el hecho no sucedió, entonces nadie sabe si en realidad iba a suceder, y sugiere que las medidas que se tomaron fueron exageradas. En la mayoría de los casos las condenas son éticas o morales, pero a veces se llega hasta las consecuencias legales.
Vamos a ilustrar lo dicho anteriormente con algunos ejemplos. Si una señora lleva todos los días al niño a la escuela para evitar que le pase algo, puede recibir la condena moral del padre del niño, diciéndole que lo deje ir solo para que se haga hombrecito, etcétera, pero si la madre lo deja ir solo y algo le pasa al niño, viene el lamento y la recriminación de por qué lo dejó ir solo.
Don Eduardo Villatoro, un columnista prestigiado del Diario La Hora, expuso el triste caso de una niña que fue violada en público por un sátiro y que nadie hizo nada por detener al sádico mientras perpetraba el acto.
El hecho sucedió y duele, algunos externan opinión que por qué alguien no mató a ese desgraciado, etc. Pero volvamos a lo dicho anteriormente, ¿qué pasa si alguien interviene?, el ultraje no sucede por esa intervención, pero el buen samaritano para defenderse de esa fiera tiene que matarlo. Entonces muchos dirán, para qué tuvo que matarlo, si talvez solo estaba tratando de platicar con ella o darle un beso. A la cárcel y condenado.
Un oficial del Ejército se lamenta no haber ordenado que dispararan contra una turba de mujeres y niños cuando avanzaban para tomar el destacamento para no matar a ninguno de los pequeños que eran los que encabezaban la turba. De haberlo hecho hubieran muerto unos dos o tres de toda la turba, entonces lo hubieran enjuiciado por asesino y por violador de derechos, etc. La respuesta de lo que sucedió, muchos la saben, pero para los que no la saben voy a relatar algunos aspectos, aunque crueles pero sucedieron.
Las mujeres y los niños se abalanzaron sobre los soldados de la entrada, los desarmaron y los hombres que venían atrás empezaron a machetearlos ya desarmados. Cuando el oficial vio la carnicería a que estaba siendo sometida su tropa y ya los hombres adentro macheteando al que se les ponía enfrente, él ordenó disparar y los muertos de ambos lados fueron por decenas, incluyendo mujeres y niños.
Si el oficial hubiera prevenido, posiblemente hubieran muerto un par de personas y él estuviera en la cárcel, pues hubiera sido acusado de que su reacción había sido muy violenta, etc. Pues nadie se podría imaginar que si no se hacía eso, iba a haber una carnicería.
Todo esto no es ficción, es lo que sucede a diario, el que toma medidas para prevenir algo, por lo general es acusado, pues como nada sucedió, nadie sabe si en realidad hubiera sucedido.