Scotland Yard viaja a Rusia


Visita. Foto del monumento del fundador de la KGB en Moscú, institución que recibirá la visita de la Scotland Yard.

Detectives de la unidad antiterrorista de Scotland Yard se disponen el lunes a viajar a Moscú para investigar la muerte del ex espí­a ruso Alexander Litvinenko, mientras aumentan las tensiones entre Rusia y Gran Bretaña por este caso.


El viaje a Moscú de nueve detectives que investigan la muerte del ex espí­a -quien en su lecho de muerte acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, de haberlo envenenado- coincide con nuevas acusaciones del Kremlin, que afirmó que este caso asesta un «golpe» a las relaciones entre Rusia y Gran Bretaña.

La controversia por el envenenamiento de Litvinenko con la sustancia radiactiva polonio 210 asesta un «golpe» a las relaciones diplomáticas entre los dos paí­ses, declaró el lunes el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.

«Inflar una campaña sobre la participación de funcionarios (rusos) es inaceptable, y eso por supuesto es un golpe para nuestras relaciones» con Gran Bretaña, declaró el canciller ruso en Bruselas, citado por las agencias de prensa Interfax e Itar Tass.

Gran Bretaña intenta por su lado minimizar los roces provocados por este caso, reiterando que ha pedido ayuda a Rusia para investigar la muerte del ex espí­a y que Moscú le ha prometido toda su colaboración.

Según el diario The Guardian, los detectives británicos interrogarán «en los próximos dí­as» a los tres rusos con los que se reunió Litvinenko el 1 de noviembre, dí­a en que el ex espí­a comenzó a sentir los sí­ntomas del extraño envenenamiento que causó su muerte, el 23 de noviembre.

Los tres hombres -el empresario Andrei Lugovoi, Dmitri Kovtun y Vyacheslav Sokolenko-, que se entrevistaron con Litvinenko en un hotel de Londres, han asegurado que no están implicados en la muerte del ex agente del servicio de seguridad estatal ruso.

Lugovi, quien es un ex agente de los servicios de espionaje soviéticos (KGB), declaró a la prensa británica que sospechaba que «alguien está tratando de culparlos» de esta muerte, sin dar más precisiones.

El Kremlin desmintió estar detrás del envenenamiento de su ex espí­a, al tiempo que en Gran Bretaña aumentan las especulaciones sobre esta misteriosa muerte, que algunos estiman podrí­a haber sido obra de agentes rusos corruptos, como insinuó el diario dominical The Observer.

Según The Observer, el FBI (policí­a federal estadounidense) interrogó a un ex miembro de la KGB, quien dijo que el ex espí­a poseí­a informaciones potencialmente dañinas para Moscú sobre el desmantelamiento de la petrolera Yukos y que querí­a chantajear a responsables de los servicios secretos rusos.

Mientras tanto, el italiano Mario Scaramella, que se reunió el 1 de noviembre con Litvinenko, afirmó el pasado fin de semana que tení­a en su cuerpo cinco veces el nivel fatal de polonio 210.

El italiano, que se entrevistó con el ex espí­a en un restaurante japonés en Piccadilly, en el centro de Londres, está hospitalizado desde el viernes en el University College Hospital, donde murió Litvinenko.

El lunes en Bruselas, el ministro del Interior británico, John Reid, abordó con sus colegas de la Unión Europea la muerte del ex espí­a, que era un feroz opositor del presidente Putin.

Reid aseguró a sus homólogos europeos que los riesgos para la salud de la radiación que mató al ex agente de inteligencia ruso son «absolutamente mí­nimos».