Los militares de Fiyi desarmaron hoy a la única unidad policial que poseía un arsenal, así como a los guardaespaldas del primer ministro, permitiendo suponer que se está llevando a cabo un golpe de Estado en este pequeño archipiélago del Pacífico, que sería el cuarto en 20 años.
Tres horas después de haber procedido a inspeccionar las armas de la policía, los militares las cargaron a bordo de sus vehículos. Los agentes de esta unidad especial no parecieron oponer resistencia.
Este equipo, el único habilitado para llevar armas, se encarga de la protección de responsables locales y dirigentes extranjeros de visita en el país.
Poco después, el ejército de Fiyi anunció haber desarmado igualmente a los guardaespaldas del primer ministro Laisenia Qarase y a los de otros miembros de su gobierno.
También han sido instalados retenes en la capital, declaró el jefe de las fuerzas armadas, el contraalmirante Voreqe Bainimarama, en una rueda de prensa, negándose sin embargo a confirmar que se trata de un golpe de Estado.
El oficial justificó el desarme de la única unidad de la policía habilitada para disparar por temor a ver caer su arsenal en manos de los disidentes.
Los militares de Fiyi desarmaron este lunes a los miembros de una unidad de protección policial en la capital, Suva, donde el jefe del ejército amenaza desde hace varias semanas con derrocar al jefe del gobierno, con quien está en conflicto abierto, constató un periodista.
El ministro de Exteriores australiano, Alexander Downer, manifestó también hoy que Fiyi se encamina hacia un golpe de Estado e hizo una llamada al jefe de los militares rebeldes para que se plegara a la presión internacional.
«Está claro que Fiyi se encuentra a un paso de un golpe de Estado y pienso que es justo apoyar a este país para que continúe con su gobierno democráticamente elegido», declaró Downer desde Australia.
Bainimarama dio en los últimos días un ultimátum al gobierno elegido del primer ministro nacionalista, Laisenia Qarase, si éste no accede a sus exigencias. En sus palabras, se refirió a una «transición pacífica» si el jefe del Ejecutivo se oponía a sus pretensiones.
«Encontraremos formas de obtener su dimisión», declaró Bainimarama el domingo en una entrevista televisada.
El jueves, Qarase había aceptado satisfacer una serie de peticiones, en particular la suspensión de un proyecto de ley para amnistiar a los autores nacionalistas del golpe de Estado frustrado del año 2000, en que Bainimarama estuvo a punto de morir.
Además, el primer ministro se declaró dispuesto a apoyar a la fiscalía si ésta abandonaba las demandas contra numerosos dirigentes militares, entre ellos Bainimarama, por sus amenazas de golpe.
Sin embargo, el contraalmirante duda de estas promesas y sostiene que la retirada de estas demandas no era aplicada y que el controvertido proyecto de amnistía ha sido suspendido y no enterrado.
Bainimarama reclama asimismo el desmantelamiento de la única unidad de protección policial de la capital, con el argumento de que sólo los soldados están autorizados a llevar armas.
Los otros agentes públicos de Suva operan desarmados.
Un golpe de Estado sería el cuarto en menos de 20 años en este pequeño archipiélago del Pacífico sur, con 900.000 habitantes.
Los 16 países del Foro de Islas del Pacífico, reunidos la semana pasada en Sidney, declararon que un nuevo golpe sería una «tragedia» para Fiyi. La organización anunció la formación de un comité de sabios destinado a favorecer el diálogo entre el ejército y el gobierno de Suva.