El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, viajó hoy a Senegal para efectuar una visita centrada en la inmigración ilegal que llega a las costas de las Islas Canarias, que este año registró una cifra récord.
Esta visita oficial, la primera de Zapatero al país, tiene lugar tras una intensa actividad diplomática de Madrid en la región con el objetivo de asegurar una mejor colaboración en el problema de la inmigración clandestina.
Con 11 millones de habitantes, Senegal es un importante punto de partida y de tránsito de los clandestinos hacia Europa, especialmente hacia las Islas Canarias, situadas frente a las costas marroquíes. Desde el inicio del año, más de 29 mil clandestinos arribaron al archipiélago español.
Según la Presidencia senegalesa, el presidente del Gobierno español llegará el lunes por la tarde a Dakar y cenará con el jefe de Estado, Abdulaye Wade.
El martes está previsto un encuentro entre los dos hombres, en el que se prevé la firma de diversos protocolos de acuerdo.
Además, Zapatero podría poner al servicio de Senegal un barco, así como material de comunicación, para reforzar la lucha contra la emigración clandestina a lo largo de las costas senegalesas.
El presidente del gobierno español llega a Senegal «para decir que está satisfecho con los acuerdos que aplicamos de manera sincera», señaló a la prensa el presidente Wade en Dakar el pasado 17 de noviembre.
«Y los resultados están ahí», se felicitó, en referencia al próximo inicio del reclutamiento de «300 jóvenes que marcharán a España a trabajar, y otros 4 mil que lo harán a mediano plazo».
Las autoridades españolas no confirmaron estas cifras.
«No estamos en contra de la emigración, sabemos lo que aporta a la economía de Senegal. Simplemente decimos que hay que organizarla para no molestar a nuestros socios del exterior», subrayó entonces el jefe de Estado senegalés.
Antes de Zapatero, varios miembros de su gobierno viajaron a Dakar dando prueba de un creciente interés por el ífrica occidental, una región que hasta el momento había sido abandonada por la diplomacia española.
En junio, las relaciones entre ambos países se tensaron después de que las autoridades senegalesas suspendieron todas las repatriaciones de inmigrantes clandestinos en España.
El malentendido se disipó rápidamente. Y España prometió una ayuda de 20 millones de euros a Senegal. Desde mediados de septiembre a mediados de octubre, un puente aéreo permitió sin mayores incidentes el traslado de los inmigrantes.
Otra señal de aproximación entre ambos países se dio el 10 de octubre, con la firma de los acuerdos sobre el principio de inmigración legal en función de las necesidades del mercado laboral español.
El 30 de octubre, los dos países fortalecieron su cooperación judicial para combatir varios problemas, principalmente la inmigración ilegal.