El cardenal brasileño Claudio Hummes, que llegó hoy a Roma desde Sao Paulo para asumir el cargo de prefecto de la Congregación para el Clero, aclaró su posición sobre la abolición del celibato, «asunto que no está en el orden del día» de la Iglesia.
Con una nota oficial, divulgada por la sala de prensa de la Santa Sede, el cardenal Hummes precisa el tono de sus declaraciones al diario brasileño Estado de Sao Paulo, en las que no descartaba la posibilidad de que la Iglesia católica ordene algún día a hombres casados.
La cuestión de la abolición del celibato «no está en el orden del día de las autoridades eclesiásticas, tal como reiteraron recientemente los jefes de los ministerios de la Curia romana en una reunión con el Santo Padre», sostiene la nota.
La aclaración del Vaticano fue divulgada después del eco suscitado por las declaraciones del nuevo encargado de la Congregación para el Clero, quien manifestó disponibilidad para «reflexionar» y «discutir» sobre la posibilidad de que la Iglesia católica, enfrentada a una crisis de vocaciones, llegue a ordenar a hombres casados.
«Dentro de la Iglesia siempre ha sido claro que la obligación del celibato para los sacerdotes no es un dogma, sino una norma disciplinaria», sostiene el purpurado.
El cardenal Hummes, de 72 años, designado por el papa Benedicto XVI el pasado 31 de octubre para remplazar al cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos, recuerda que esa norma «es válida para la Iglesia latina, pero no para aquella de rito oriental, en donde hay comunidades que se unieron a la Iglesia católica con sacerdotes casados».
El purpurado advierte que la norma del celibato «es muy antigua y se basa en una tradición consolidada, con fuertes motivaciones de carácter tanto teológico-espiritual como práctico-pastoral, las cuales han sido confirmadas por varios Papas».
El prelado explica en la nota que en el último Sínodo de obispos sobre el tema del sacerdocio, la mayoría de los participantes estaban de acuerdo sobre que la abolición del celibato «no constituía la solución para resolver el problema de la escasez de vocaciones».
Los obispos consideran que las causas de la falta de vocaciones están sobre todo en el impacto de «la moderna cultura secular», que afecta también a otras confesiones religiosas.
Las declaraciones de Hummes en su país antes de partir suscitaron fuerte eco en Italia y en particular entre los vaticanistas, ya que el celibato fue abordado el 16 de noviembre por los responsables de la Curia romana a pedido del Papa.
En esa ocasión, la jerarquía reiteró su «no» firme a los sacerdotes casados.
Los responsables de nueve congregaciones y de los 11 consejos pontificios que forman la Curia Romana se negaron a ello.
Un cambio de esa norma es exigido desde hace varios años por algunos sectores católicos y ganó actualidad tras la excomunión a finales de septiembre del arzobispo de Zambia, Emmanuel Milingo, casado por el rito de la secta Moon con una surcoreana y que ordenó obispos a cuatro sacerdotes casados.
Un congreso de sacerdotes casados se celebrará en New Jersey (Estados Unidos) del 8 al 10 diciembre y según estimaciones no oficiales existen 110.000 sacerdotes casados en el mundo, de los cuales 72.000 solicitaron al Papa la dispensa de la obligación del celibato.
Según datos oficiales del Vaticano, 500 sacerdotes piden la dispensa cada año y 50 se ’arrepienten’ y regresan cada año de nuevo a la Iglesia.
La dispensa autoriza al sacerdote a casarse legalmente y puede ser concedida sólo por el pontífice, quien en general se toma un plazo de tiempo para dar una respuesta.
El único pontífice que solía concederla rápidamente fue Pablo VI.